¿Qué hay para comer? Patatas

Esa pregunta podría ser hecha en cualquier restaurante universitario o simplemente escolar de Finlandia y esa sería exactamente la respuesta que se daría: patatas.

Antes de venir a Finlandia, pude ver que en el papel con información sobre la ciudad y universidad que hay en la UAH, se puede leer que «casi todos los días hay patatas cocidas», pero la verdad es que uno no sabe lo malo que puede llegar a ser eso hasta estar allí.

Patatas del carelia. El horror, el horror...
Las patatas del Carelia.

Por que resulta que sólo cuecen las patatas y ya. Las sirven y las presentan sin nada, resecas, y cada uno ya se las apaña como puede para intentar hacerlas más apetecibles: un chorro de aceite de oliva (cuando lo hay), salsas varias, etc.; pero el problema es que siguen siendo tan malas como de costumbre. Después de un mes deja de tener tanta gracia lo de las patatas.

Además, como los otros platos tienen cantidades fijas de lo que te puedes servir (salvo quizá el arroz, otra reseca especialidad), si las cantidades son escasas al final siempre se acaba volviendo a las patatas para tener una comida lo suficientemente cuantiosa. Y luego se acaban dejando sin comer algunas, como en la foto de arriba.

Una vez le pregunté a un finlandés el por qué de las patatas todos los días. Me dijo que porque las patatas se convertían en azúcar en el estómago y daban una gran cantidad de energía. «No merece la pena», le dije. Es un caso como el del café finlandés.

Miguel y su patata
La foto de Miguel con una patata, muy ilustrativa

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Halloween en Finlandia – ¿existe o no?

Alex, el alcalaíno que llegó una promoción más tarde que yo a Joensuu, me comentó que antes de llegar le habían dicho que el Halloween en Finlandia es toda una tradición.

No recordaba eso, aunque es cierto que en mi año de Erasmus en Finlanda hicimos una fiesta de Halloween, de modo que más o menos me puse a investigar.

Halloween en Finlandia

¿Existe el Halloween en Finlandia?

Preguntando a primera a la que pregunto siempre en estos casos, me dijo que no tanto, que eso de Halloween es más para los jóvenes y una excusa tan buena como cualquier otra para hacer una fiesta y quedar con los amigos. No es una tradición y los niños no van de puerta en puerta pidiendo dulces.

Sin embargo lo de que los más jóvenes de la casa se lancen a las calles a pedir caramelos y otras cosas de puerta en puerta existe en Finlandia. Esto no se hace en Halloween, sino que Finlandia tiene su propia tradición para eso y se hace el domingo de ramos. La tradición al completo (con su propia versión del «truco o trato») la expliqué en esta artículo.

Una fiesta de Halloween en Finlandia
Una fiesta de Halloween en Finlandia.

Lo que sí se celebra estos días: el día de Todos los Santos

Para los adultos en Finlandia este asunto del Halloween es parecido al de España: se celebra el día de todos los santos.

Unos finlandeses en el cementerio
Así celebran los finlandeses todos los santos: en el cementerio

El día de todos los santos en Finlandia se celebra el primer sábado tras el 30 de Octubre y es un buen día para visitar los cementerios finlandeses y ver el espectáculo de miles de velas encendidas que las personas llevan para honrar y acordarse de sus antepasados. No caí en la cuenta cuando estaba por allí de que estos días las tiendas, como el Tiimari, se llenan de velas para esta ocasión.

Para el otro grupo de adultos de interés de este blog, los erasmus, estos lo usan también como excusa para darse una buena fiesta, como hicimos nosotros.

¿Has vivido algún Halloween en Finlandia / día de todos los santos? ¿Qué te ha parecido?



El vídeo del descongelamiento de las alas del avión

… y otros asuntos.

Justo ayer, como tenía tiempo de sobra, me decidí a parar en la estación de tren de Tikkurila, la penúltima antes de llegar a Helsinki desde Joensuu. Justo al salir de la estación, el bus número 61 está esperando y cuando se ha montado la gente del tren sale para el aeropuerto. Este bus cuesta 2,40€ (el bus entre la estación de autobuses de Helsinki y el aeropuerto cuesta 3,60€) y llega en tan sólo 20 minutos, justo el tiempo que tarda el tren en llegar a Helsinki (luego habría que añadir los 40 minutos que tarda el bus al aeropuerto). Para ir de Joensuu al aeropuerto, creo que es la mejor ruta y la que yo recomendaría.

Mientras bajaba en el tren ví que la nieve iba desapareciendo para convertirse en lluvia cuanto más al sur viajábamos, por lo que no pensé que en el aeropuerto usasen las mangueras para las alas, pero al final sí que pasó y tenía la cámara a mano para hacer un vídeo.

Ala del avión
Esto quedó tras el chorro de agua. Al final quedó blanquecino. ¿Qué podrá ser exactamente? ¿Alguna química reconvertida a informática lo sabría? 😉

Luego, una vez en el aire, ví algo que después de pasar semanas viendo el sol muy de vez en cuando en Finlandia me resulto gracioso: cuando crees haber superado la capa de nubes con el avión hay… otra capa de nubes.

Entre dos capas de nubes
Entre dos capas de nubes.

Luego la cosa al tomar altura mejoró (aunque había una tercera capa de nubes…) y quedó una bonita tarde en el camino hacia Munich (desde el avión se veía su estadio iluminado)

Escapando de las nubes
Escapando de las nubes

Atardeciendo en el avión
Atardece antes de llegar a Munich. Alemania está ahora tan colorido como Finlandia hace un mes

Finalmente, dos horas de espera en Munich con poco que hacer (aunque es el único aeropuerto donde tienen máquinas de té y café gratis, con lo que me puse un par mientras esperaba y un tipo español hablaba a mi lado por teléfono de lo bien que le había ido en Tokio, y de todos los amigos que tenía repartidos por el mundo) salió el segundo vuelo y llegué a España cansado pero feliz tras esas semanas en Finlandia. Como curiosidad, en las alas de este vuelo se veía hielo pero no hicieron nada para quitarlo. Deben ser reglas del aeropuerto de Helsinki, solamente.

Entre aeropuertos
En Munich, matando el tiempo

He vuelto a casa pero el blog seguirá dando guerra. Y Natalia escribirá dentro de nada desde Oulu contándonos todo lo que hay por allí; y más sobre finlandeses y sus cosas.



Aviones congelados en aeropuertos de Finlandia

Los aeropuertos me gustan para mirar los aviones despegar y para nada más. El aburrimiento de llevar con uno a todas partes el equipaje de mano es demasiado, los controles para pasar a la zona de embarque son algo que me irrita, la espera es algo que en general detesto… pero luego está el volar, que siempre es un placer.

Antes de despegar las pasadas navidades (-10 grados más o menos), ocurrió algo que nunca se me había pasado antes. Nunca me había parado a pensar en los aviones a bajo cero. Lo normal es que en el aire estén a bajo cero, pero una vez en tierra y sin moverse del sitio la cosa cambia.

Si los coches se quedan helados en seguida y si nos se dejan conectada la batería a algo que la mantenga en marcha toda la noche no se mueven (como este, por ejemplo). Y si está completamente helado abrir las puertas también tiene que ser un suplicio. La cosa es… que esto pasa también en los aviones:

Avión helado
Avión congelado en un aeropuerto: así quedan. Fuente (CC: by)

Las alas, al tener dispositivos móviles que hacen que el aparato se eleve gracias al movimiento del aire (los flaps) y para que el avión cambie de rumbo (los alerones), si están congeladas… simplemente el avión se la pega.

Para descongelar las alas de los aviones y estas partes móviles, en el aeropuerto de Helsinki los operarios (ellos también abrigados hasta las cejas) lanzaban con mangueras agua a presión justo antes del despegue. Da un poco de miedo verlo, pero saben lo que hacen.

La verdad es que este post iba a ser un «me voy una vez más», pero viendo que ya quedaba un poco repetitivo, y que Joensuu ya está nevado y congelado, me pareció más correcto hablar de esto. Además, de lo que me proponía hacer antes de venir hice: quitarme los zapatos al entrar en las casas, comprar algo en el Alko para alguna fiesta, me tomé una Lordi Cola, fui a la sauna (con Alex), me compré algo en la tienda de segunda mano, vi los colores del otoño finlandés y nieve. Y una cosa que no nombré pero seguramente haya hecho es meter la pata en inglés usando algún false friend.

Ala del avión

Lo que no pude hacer es ver alguna aurora boreal esta vez tampoco (pero hay tantas cosas que me quedan por hacer en Finlandia que tendré que volver dentro de poco a hacerlas). O sea: hasta pronto, Finlandia.