Protegerse contra el frío (y contra los resfriados)

Onnellista Uutta Vuotta 2011! ¡Feliz año nuevo 2011!

Acabo de volver de España, de pasar los días de Navidad con la familia.
Salvo las típicas riñas familiares, que son tradición y luego nos reímos todos de nuevo sin problemas, la única cosa negativa fue el haberme puesto un poco malo. La cosa es así: después de un diciembre especialmente frío a -10 grados, que ya es mucho para Berlin, me voy a España y me pongo malo. Miguel me constató por Facebook que a él que vive Suecia le pasó justo lo mismo. Terrible y trágico.

Teorías de por qué se pone uno enfermo donde hace menos frío hay muchas. Hace poco mismamente lo comentaba con mi vecino makememinimal, y más o menos llegamos a la conclusión de que el problema es vestirse con más capas cuando hace más frío. En realidad el número de capas no debería importar, sino que lo que se lleve esté adaptado al frío.
En los posts de ropa para ir a Finlandia una de las recomendaciones es que en definitiva todo lo que llevéis sea bueno y hecho para resistir el frío. Cosas que sean de entretiempo apiladas una encima de otra restringe movimientos y pasaréis frío igual.

Pues bien, yo todo esto que me lo conozco, a la hora de ir a España ya sé que en cualquier circunstancia allí hace al menos 10 grados más, y que frío-frío eso no es: me llevé los abrigos de entretiempo. Mi madre, ya sabéis cómo son las madres, siempre me decía al salir de casa que me abrigara. Como si no hubiera vivido en Finlandia un año y en Berlín varios.

Hubo dos signos algo premonitorios y que me prepararon un poco para hacerme a la idea de que, en efecto, yo tengo el problema contrario: al ir a España me quito las cosas adaptadas al frío y al final me acabo resfriando. Los signos premonitorios fueron un tweet de @Olalla y una tira de Mauro. Los veis los dos aquí debajo:

Las madres y sus recomendaciones contra el frío. Olalla lo sabe.

Tira de Mauro sobre lo pesadas que se ponen las madres con que nos abriguemos.

¿Aprenderé la lección para la próxima vez?



Beiwe: la interesante fiesta tradicional lapona

Los lapones, o Sami, o Saami.

No sólo la navidad en Finlandia se celebra estos días. Una tradición mucho más antigua tiene también lugar en el solsticio de invierno; el Beiwe .

Qué es el Beiwe

El Beiwe es la fiesta que celebran los lapones en la noche más corta del año. El nombre Beiwe propiamente dicho no es el nombre de la fiesta, sino de la diosa de la fertilidad, la primavera, el Sol y la cordura.

La diosa, tal y como ocurre en la épica finlandesa Kalevala, tiene también su propio mito. La diosa y su hija caminaban sobre huesos de reno en el cielo, gesto que hacía que volvieran a crecer las plantas en la tierra. En este caso, no hay un libro propiamente dicho recopilando esta y otras leyendas laponas, sino que parece que es de transmisión oral.

La Wikipedia dice algunas cosas interesantes sobre el Beiwe, además:

Los Adoradores de Beiwe sacrificaban renos blancos hembras, y con la carne, hacían hilos y palos, adornando la cama con cintas de anillos para luego placer en ella. También cubrian sus puertas con mantequilla para que Beiwe pudiera comer y así comenzar su viaje una vez más. Esto se llama el Festival de Beiwe.

Ella está asociada a la fertilidad de plantas y animales, en particular, el reno.

Sobre el reno y porqué es tan importante para los lapones, es porque tradicionalmente ha sido un pueblo nómada que seguía la migración de estos animales hacia la costa en verano. Durante generaciones, los Sami han desarrollado una especie de simbiosis con el reno: es el animal que les provee de abrigos, piel para sus chozas, y «la manifestación terrestre del ser supremo, origen y explicación del mundo y su naturaleza antes de la llegada del cristianismo» (fuente). Los sami son los únicos habitantes de noruega que pueden poseer y vivir de los renos, con un estatus legal especial.

Beiwe: la diosa que trae la cordura de vuelta

La parte curiosa, y que en una primera lectura se puede rápidamente a asociar a algo que ya intuimos, es que es la diosa que devuelve la cordura a la gente. En efecto, se refiere a devolver la salud mental a aquellos que la habían perdido tras el periodo de oscuridad perpetua en el círculo polar. Hace unos meses hablé con alguien que se pasaba los meses de verano en Groenlandia haciendo caminatas por allá. Decía que los groenlandeses bebían como cosacos. No conozco a los lapones, pero quizá haya parte de esto asociado al perder la cordura.

He buscado representaciones de Beiwe, cuadros o esculturas, pero no he dado con nada. ¿Quizá falta en el pueblo lapón alguien que recoja todos los mitos y leyendas, y los fije en obras de arte? La cultura lapona tiene algunos medios de difusión pero parece que no las artes gráficas. Sería interesante una interpretación así.

¿Conocías el Beiwe? ¿Qué opinas de esta tradicón ancestral lapona?



Cómo hacer un ángel de nieve

Ahora que estamos a punto de adentrarnos en temporada invernal oficial, me he decidido a rescatar un este post de Joensuu Daily Photo (actualización: el blog ha dejado de existir y por eso me he puesto manos a la obra y he hecho yo mismo las fotos de cómo hacer un ángel de nieve ). Lo hago de manera parecida a la que Natalia nos presentó.

Cómo hacer un ángel de nieve

Hacer un ángel de nieve no es nada complicado, pero estas recomendaciones ayudan a que lo hagas de la mejor manera posible.

Evidentemente debe haber una buena cantidad de nieve para que nos salga de manera perfecta. Un centímetro o dos de nieve hará que la movamos toda y que se vea la tierra o el césped: no queda nada bonito.

El primer consejo para hacer un ángel de nieve es que tengas la ropa adecuada. Los post de ropa para Finlandia y la ropa para Laponia – más exrema – serán de ayuda: no queremos calarnos y pasar un mal rato luego, cabeza incluída.

En segundo consejo es tirarse con cuidado al suelo. De espaldas, pero sin poner las manos en el suelo, siéntate en la nieve y estírate. La parte en la que te has sentado se borrará cuando te tumbes y empieces con los movimientos para hacer ángeles de nieve.

Y a partir de aquí, ponte con lo brazos en cruz y las piernas juntas. Sube y baja (arrastrando la nieve arriba y abajo) los brazos y abre y cierra las piernas unas cuantas veces. El ángel de nieve quedará listo.

Finalmente, levántate con cuidado y hazle una foto a tu obra. ¡Durará en el suelo hasta la siguiente nevada! Puedes ponerle unas linternas de hielo al lado para que quede bonito.

Estas son las fotos del delito.

Los movimientos necesarios para hacer un ángel de nieve

Ángel de nieve

Cómo hacer un ángel de nieve

Ángeles de nieve acabados
Aquí puedes ver que no había demasiada nieve, después de todo. Pero había que hacerlo.

Buen momento, también, para recordar cómo se hace un iglú, un fuerte en la nieve o recordar el Hotel de Hielo.

¿Has hecho tú un ángel de nieve? ¿Hay otra técnica que no sea esta y no la conozcamos? Si es así, por favor déjanosla en los comentarios.



Cosas que echo de menos en el extranjero (8): las gafas de sol

Yo mismo con unos amigos y mis gafas de sol, disfrutando de un día de verano
Fuente.

Si hay un artículo al que desde muy pequeño le tuve especial cariño, ese son las gafas de sol. Siempre dije que si tuviera todo el dinero del mundo probablemente tuviera una colección de ellas. Ni de coches, ni de ropa: de gafas de sol. Algo de eso se adivina en el blog: en las dos fotos que yo tengo en el apartado «sobre los autores» estoy llevando gafas de sol. Si me pongo a pensar en el por qué a mi gusto por las gafas de sol no puedo llegar a ningún momento definitivo en el que diga: me gustan y me gustan mucho, pero la cosa está ahí.

A este tema me referí de pasada en el segundo post de la serie de cosas que echo de menos (o no) en el extranjero, y este post viene un poco a complementarlo.

En el centro y en el norte de Europa hay menos días soleados que en el sur, y eso es un hecho. Y ese hecho tiene una consecuencia clara para mi: no puedo llevar gafas de sol tanto como me gustaría. Habiendo pasado ya unos cuantos años viviendo fuera de España, que haya unos días grises ya no es realmente un problema sino algo que simplemente pasa (el que haga frío, y quién lo hubiera dicho después del Erasmus en Finlandia, sí que se ha convertido en un problema para mí), pero eso afecta directamente a mi gusto por ponerme unas gafas de sol para salir a la calle.

¿Será que sencillamente asocio gafas de sol a que sea un día soleado y eso ya de por sí mismo es algo bueno? No estoy seguro, pero lo que sí sé es que echo de menos en el extranjero el ponerme más a menudo mis gafas de sol, tal y como puedo hacerlo en España.