La sauna fuera de Finlandia
¿Sabéis esas veces que algo se anuncia como «el original» o algo por el estilo? Es algo que creo que se hace para revestir a algo de unos valores además de querer venderlo como producto. Y debe tener algún efecto real, ya que sino no creo que se siguiese aplicando. A mí también me gusta usarlo diciendo algo así como «rechaza imitaciones», que es un poco lo mismo.
Pues bien, el viernes pasado me tocó disfrutar de una tarde de Spa en el Liquidrom de Berlín, y como todo Spa que se precie (creo), tenía no sólo una sino tres salas distintas de sauna. Tras las piscinas con los música bajo el agua, me armé de viejo sisu finlandés y lanzarme a mi primera sauna desde Febrero de 2007 en mi última visita a tierras finlandesas. Dos años ha.
El liquidrom de Berlín. Fuente.
Para los que aún no la han probado y no sepan demasiado sobre ella, recomiendo echar un vistazo a este post sobre la sauna que escribí en mis primeros días de Finlandia tras haberla testado a (más o menos) fondo.
Como decía, había tres tipos de saunas diferentes en el Liquidrom: dos salas de sauna con diferente tamaño y una tercera llamada «sauna salada del himalaya». El elemento común a las tres saunas era la regla de tener que llevar la toalla contigo y sentarte encima de ella en vez de sobre la madera desnuda, que es justamente lo que los finlandeses hacen («¿toallas en una sauna? Estais locos.» Que dirían los finlandeses). La razón es que en las toallas se humedecen y se acumulan los gérmenes toda vez que se usa. Sobre la madera, esto no debería ocurrir: el sudor se evapora, y es de educación echar agua donde uno se había sentado antes.
La sauna de nuestros pisos de estudiantes en Joensuu.
Sobre las saunas, la primera sala a la que me metí ni siquiera tenía un cazo de agua, con lo que las piedras no se podían humedecer y al llegar a esa sauna en vez de sudar, lo que hacías era secarte de la ducha anterior (aunque luego se sudase un poquito, ya que la sauna estaba a los reglamentarios 80º). Hacía calor, sí, pero sin la humedad del agua aquello no parecía ir a ninguna parte. Salí de esa sauna echando de menos la sauna finlandesa.
La segunda sauna a la que fui tenía un monitor. La gente entraba por grupos y se sentaba sobre sus toallas. Cuando hubo suficiente gente, el monitor cerró la puerta y nos explicó qué iba a hacer: dos tandas de mucha agua en las piedras (por fin, agua en las piedras) con un minuto entre agua y agua, y la tercera vez que será muy caliente pero duraría sólo medio minuto. Nunca, y digo nunca, he tenido una sauna tan caliente. Hubo gente que tuvo que abandonar, ya que el sudor sobre la piel hervía. La ducha helada de la sauna nunca fue tan buena, y bajo la ducha le dije al monitor que no había tenido una sauna tan caliente, habiendo vivido el Finlandia; él me dijo que turistas finlandeses que venían al Liquidrom de se lo decían también. Esa sauna me dejó agotado.
La útlima sauna no tenía la clásica puerta de cristal transparente, sino uno opaco. En la puerta de la sauna decía algo así como «sauna salada del Himalaya». Dentro, la temperatura era de 60 grados. Los bancos de madera estaban en su sitio, pero en vez de la estufa con piedras lo que había era una pared hecha de diferentes ladrillos de sal, que si los tocabas estaban bastante calientes. Algo como lo de la foto de abajo, pero en pequeño.
No se estaba mal, y con el efecto sal se sudaba, y fue una experiencia mejor que la «sauna seca» o la «sauna extrema».
Lo que hice, tras tanta sauna rara, fue estirarme en una tumbona con una cerveza alemana, que eso sí que es mejor aquí; y leerme mi libro mientras me quedaba la sensación que como una sauna de las de Finlandia, nada. Reunía lo mejor de las tres que había aquí. Y sin toallas.
Topics: Curiosidades de Finlandia, Hecho en Finlandia, Viajes por Finlandia | 9 comments | Versión para imprimir
Yo tuve la misma sensación las veces que fui a saunas en España. Esas notas en la puerta de «por higiene se obliga a entrar con bañador y toalla»… ¡pero si en Finlandia precisamente por higiene no se hace! y esas saunas sin cazos con agua. Que les llamen saunas españolas, o saunas alemanas, pero que no tengan el morro de llamarles saunas finlandesas.
En España había probado la sauna dos veces y en Finlandia otra dos.Prefiero la finlandesa porque en España casi me da una lipotimia en el gimnasio que estuve.
Tengo un verdadero trauma,lo digo en serio.Por eso no me metí más en Joensuu.
Espero perder el miedo poco a poco.
Al final del día daba ya mucho asco ir con la toalla a la sauna. Estaba ya empapada y pasaba de caliente a fría, con lo que la piel se empezaba a irritar. Fatal.
Lo de la lipotimia, Nico, es normal las primeras veces :-/ Hay que sentarse en el banco de más bajo! 😛
La verdad es que llevais todos razón, como las saunas finlandesas no hay: su aroma, sin toalla ni bañador, tirarte luego al lago, la «vihta» o «vasta»… además ni en España, ni en Alemania es facil tener una sauna de madera xq tiene q estar alejada a bastantes km de otras casas. Y ya se sabe las saunas electricas no son lo mismo!
Yo tuve una experiencia de sauna extrema con unos rusos, y no vuelvo. Los muy bestias le ponian un calcetin al termostato de la sauna y lo mojaban continuamente con lo cual aquello estaba a tope siempre y le echaban agua a mil. Yo me tuve que salir porque me ardia la piel, costaba respirar pork parecia que se te quemaba la garganta. El caso es que no volví a meterme con 4 rusos en una sauna finlandesa. Un saludo
Justo lo de los rusos, Ourlyn, lo comentaba en el post sobre la sauna (al final del todo). También fue algo así pero la que tuve el otro día, aún más intensa (también con la garganta quemando :-/)
Lo de las eléctricas Oscar, yo lo acepté como un mal menor. No son tradicionales, pero no son malas. Y trajeron la sauna a las ciudades! Que sino no podría haber en entornos urbanos de Finlandia.
Que grande la sauna!!!!! Que tiempos, que recuerdos en Latolankatu… :))))))))))))
Wow, si tengo la suerte de viajar algún día a Finlandia definitivamente quisiera vivir la experiencia del sauna, aunque eso de estar desnudo… no sé si me atrevería! 😕
Justo de eso hablamos en el post de hoy, Maru 😉