Fuga de cerbros ¿por qué?

Aunque yo en concreto no soy un investigador (aunque hubo un tiempo en el que me planteé hacer un doctorado en Finlandia, en alguno de mis campos favoritos de la informática), sí tengo la experiencia de alguien que se va fuera de España para buscar unas mejores condiciones en aquello que hace, por lo que he querido aportar mis dos céntimos al tema.

La idea de escribir sobre ello me surgió al leer el artículo «El talento sigue sin tener sitio en España» donde se ponían de manifiesto un par de ideas: para tener mejores condiciones se va uno al extranjero, y que la vuelta es muy complicada al tener todo el networking laboral fuera del país y tener que empezar desde cero.

Claramente, fuga de cerebros
Fuga de cerebros. Literalmente. Fuente (CC:by).

Ya más allá de la mera labor investigadora, sino también cualquier comercial, en España las ideas innovadoras y el capital de riesgo apenas tienen hueco (véase: Youtube no habría tenido ningún apoyo en España o mi post sobre lo que no echo de menos de España, las franquicias).

Yo pasaré de analizarlo en general, ya que conozco a más becarios fuera (por el tema de la beca Leonardo) que trabajadores, y estros trabajadores son más de otros países europeos que españoles; y más o menos concretar las razones por las que yo me fui fuera.

En mi caso, como digo, hubo varias razones. La primera y para mí muy importante es la emancipación de casa de mis padres. Una vez que viví por mi cuenta se vuelve algo a lo que no puedes renunciar (post relacionado: efecto vuelta a casa con los padres) y tal como estaba, y está, el tema en España, en vez de quejarme lo que hago es buscar soluciones.

La segunda razón sería que para abrirse camino en España en el campo laboral, se va tirando de contratos de becario y demás. El mileurismo es algo que no quiero en mi vida y aunque es verdad que una vez se pasa del mileurismo la curva del crecimiento del sueldo puede ser exponencial, los primeros años son terribles. Aquí en Alemania la curva de crecimiento es aritmética (ya que un tercio de mi sueldo se va en impuestos), pero se empieza desde mucho más arriba y mi poder adquisitivo es mucho mayor.

Y no es sólo el sueldo, es el ambiente y la calidad del trabajo. En mi empresa hacemos los miércoles de karaoke si hace mal tiempo y los de voleyplaya si hace bueno. Tenemos comida y bebida en la empresa. En todos mis trabajos, y eso que tengo 24 años, trato con el CEO de la compañía algunos temas referentes al mercado español y tengo mis responsabilidades. No hay envidias en el trabajo ni nada por el estilo. Y aunque en España sólo haya hecho trabajos sin cualificación, la gente que conozco que ha tenido una realidad laboral en España habla cosas muy distintas de las que hablo yo aquí. Y aquí hay capital de riesgo y se innova: si tengo una idea podría llevarla a cabo aquí: montar una compañía cuesta 50€.

La tercera, sería que ser extranjero me gusta. Todos los días hablo en inglés, en español y estoy aprendiendo alemán. Irme fuera es algo que llevo haciendo desde que cumplí la mayoría de edad, y es que de alguna manera uno se abstrae de lo que pasa a su alrededor (i.e. no te interesa la política del país, estás a expensas de sus escándalos y de sus grandes problemas) y te dedicas simple y llanamente a vivirlo. Y aunque sea de una bonita ciudad (pero ahí no me abstraigo de sus problemas), esta me gusta mucho más. Además, perteneces a la comunidad de expatriados de la ciudad, y normalmente es algo mucho más interesante que simplemente ser de una ciudad como en el país del que vienes (aunque eche siempre de menos a mis amichis).

Como resumen y para matizarme un poco, al final todo depende de la suerte se esté donde se esté (y eso es lo más triste de todo). Pero también es cierto que los que buscan su suerte en vez de lamentarse son los que no tienen que ir a buscarla demasiado lejos (a no ser que, efectivamente, sea lejos donde quieran ir a buscarla). Y que me guste vivir fuera no implica que no haya cosas que no eche de menos.

Por cierto, mi cerebrito está desde hoy y hasta el domingo en Alcalá/Madrid. Por si alguien quiere tomarse unas cañejas.