El tamaño no importa

De vez en cuando un título sensacionalista para el blog no viene mal, sobre todo para atraer la atención de la gente que me lee por feeds (ahora que sé cuantos son y me alegra bastante, aunque ya podíais dejar algún comentario…).

Con lo de tamaño me refiero a la longitud de los días.
Aún recuerdo cuando Mara y Raquel me decían el dia del solsticio de invierno que se morían del asco por lo poco que duraba el día. Yo también tuve mis pinitos viendo noche cerrada a las tres de la tarde y casi oscuridad total a las dos y media, y la verdad es a algo que entristece un poco, sobre todo a los que venimos de latitudes diferentes.

Ahora (como es bastante lógico, por otra parte) las tornas se han cambiado. A cosa de las doce de la noche, si uno mira a poniente, aún se puede ver la claridad del sol aunque este se haya ido hace un tiempo. Y lo mismo a las dos de la mañana, cuando la primera claridad se ve en el horizonte y el sol poco después.
Algunos me preguntan: oye, Big In Finland, molesta eso para dormir? Y la verdad es que tanta claridad molesta un poco, pero como uno tiene experiencia durmiendo la siesta o quedándose hasta las tantas en la cama, pues no hay tanta diferencia. Lo malo, sí, es que aquí no existen las persianas como tal, y algunos días las cortinas son un pobre sustituto. Pero es lo que hay.

Atardecer en Joensuu

Aunque sea broma facilona, ahora sí que es fácil estar toda la noche de fiesta.