Visita a España de mis finnish friends

Me avisaron cuando estuve en Joensuu este Octubre: mis finnish friends iban a pasar los últimos días del año en España, concretamente en Madrid. Como era menester y obligado después de lo bien que se portaron siempre conmigo, les dije que nos teníamos que ver en Madrid para que pudiera enseñarles algo de Alcalá.

Cuando vinieron, no obstante, nos fuimos a pasar el día a Salamanca, y como mis padres querían ir y sabían más de Salamanca que yo, para allá que nos fuimos los cinco a pasar el día. Aunque se quejaron de que sería una paliza para nosotros por lo lejos que estaba Salamanca, les dije que no estaba más lejos que Kuopio de Joensuu y allá que nos fuimos por la mañana.

Mis padres y mis finnish friends

Después de las visitas obligadas a iglesias y plazas mayores, nos fuimos de tapas primero y después a tomar chocolate con churros: todas esas cosas que no se pueden hacer en Finlandia y que nos caracterizan a nosotros. Me preguntaron mis finnish friends después de unas cuantas tapas si había echado de menos la comida española cuando estuve en Finlandia… y les tuve que responder que sí, que remedio.

Al día siguiente se vinieron a Alcalá y les enseñé todo lo que teníamos por aquí, desde la casa natal de Cervantes (donde pueden verse ediciones antiquísimas del quijote y versiones antiguas en otros idiomas como el chino o el japonés) a la Universidad de Alcalá.

Quijote y Sancho
Don Quijote y Sancho Panza, estatua conmemorativa del 400 aniversario del Quijote

Después de tanto andar les invitamos a cenar a mi casa (igual que ellos me habían invitado a mí muchas veces, por ejemplo esta: uno y dos), donde sacamos buen vino, comidas españolas caseras y el buen humor. Huelga decir que se quedaron encantados.

El resto del tiempo (ya se fueron) lo dedicaron a visitar Madrid, sus museos y por supuesto sus tiendas, entre las que se encontraban algunas de música para que Risto se hiciera con una guitarra flamenca. Dónde mejor que en España.

En Joensuu me preguntaron los nuevos Erasmus si luego la gente se volvía a ver. Pues depende de las voluntades, les dije. Y cuando todas las voluntades coinciden, es un placer.