Viaje a Rovaniemi en familia para conocer a Papá Noel

Continuamos con el post anterior donde Javier, nos contaba la experiencia de su viaje a Rovaniemi en familia.

Si en dicho post hablaba de cómo preparar el viaje, en este se centra en lo que la mayoría querréis hacer si vais con los más pequeños: ver a Papá Noel.

Sin más dilación: dentro Javier.

Papá Noel en fondo rojo

¿Cuándo hacer las reservas para el viaje a Rovaniemi en familia?

Para viajar a Rovaniemi en Navidad, la recomendación es que como mínimo reserves
tu alojamiento y tu visita a Papá Noel con un año de antelación.

El precio de los alojamientos es bastante alto. Carísimos. Nosotros, que usamos los hoteles para desayunar y dormir y no buscamos lujos nos alojamos en Guesthouse Borealis.

Es un Bed & Breakfast sin pretensiones, con las puertas antiguas que costaba un poco abrir la cerradura. Pero ofrecían un modesto buffet libre de desayuno bastante apañado y está a 20 minutos del centro (con nieve y niños calcula 25-30 minutos).

Pero este punto es a favor.

Rovaniemi es una ciudad muy fea y en las afueras al menos disfrutas de la arquitectura de pequeñas casas y bloques de pisos muy separados entre sí, con amplios jardines entre medias que en esa época estaban preciosamente nevados.

La gente adorna los abetos de los parques con luces de navidad de exterior, y resulta mucho más hogareño que el City Centre. Además, caminar para ir a los sitios es la mejor manera para entrar en calor.

Viaje a Rovaniemi en familia
Nieve, abetos, navidad, y familia. Da gusto.

El objetivo de nuestro viaje a Rovaniemi en familia: visitar a Papá Noel

Papá Noel, como ser mágico y atareado que es, se nos presenta en Rovaniemi en 3 localizaciones distintas: Santa Claus Village (el Pueblo de Papá Noel), Santa Park, y
Secret Forest-Joulukka (el Bosque Secreto). Santi ya nos habló de lo que podemos ver en cada uno de ellos en este post.

Nosotros nos decidimos por el Bosque Secreto, es una opción cara, pero habíamos leído muy buenas reseñas.

Lo hicimos al día siguiente de llegar (lo primero es lo primero), y no sé si fue suerte o casualidad pero nuestro grupo se componía de 6 familias españolas.

Te recogen en un autobús dos elfos y te llevan a Joulukka (en medio del bosque). Durante el viaje los elfos – llamados tonttu en finés – realizan una animación cantando villancicos y haciendo juegos infantiles.

Nos entretienen unos Tonttus.

Uno de los elfos hablaba español, de modo que iba traduciendo del inglés constantemente. No habíamos reservado nada en español, de modo que es posible que eso no esté garantizado y dependa de las nacionalidades de los turistas.

Una vez allí te enseñan (por fuera) todas las cabañas que son los talleres donde
trabajan los elfos para hacer los juguetes cada año.

También hay un pequeño corral con renos pero no pudimos identificar la nariz roja de Rudolf…

La visita se centra en visitar el Centro de Operaciones de Papá Noel. Se entra individualmente por familia de modo que el resto espera fuera.

Renos en Rovaniemi
Rudolf estaba de baja, seguramente.

Pero no se pasa ni un poco de frio: los elfos animadores proponen constantemente juegos en la nieve y carreras con trineos.

Ahora era todo en inglés, pero con los gestos y la ayuda de los padres, los peques se enteraban. Al día siguiente teníamos agujetas.

Cuando llega tu turno entras en el Centro de Operaciones y te enseñan algunos artilugios como el radar de los renos, el medidor de amabilidad o el sistema de entrega de cartas.

Finalmente le conocemos: Papá Noel en persona

Finalmente llegas a una sala donde, ¡sorpresa! está el mismísimo Santa Claus.

Tiene una asistente elfo que parece ser que se crió en España (léase entre líneas) así que si la familia no sabe inglés no hay problema (nuevamente no puedo garantizar que siempre sea así).


Papa Noel Recibiendo invitados. No, no sé quien es este tipo, pero cogí su foto de flickr

En todo caso, Papá Noel habla un inglés muy neutro y vocaliza lentamente, de modo que con un nivel medio de inglés no tendrás problema en entenderle. La visita acaba en una kota, una cabaña típica lapona con un fuego en medio, donde hicieron algo más de animación y decoramos una enorme galleta de jengibre.

Mi experiencia de Joulukka fue muy positiva, los elfos se lo trabajan muchísimo y merece la pena. La visita gasta toda una mañana, así que planead acorde.

Y hasta aquí este capítulo de Javi ¿qué te ha parecido? Si tienes alguna pregunta para él, déjala en los comentarios.