Resumen(6)

Mi portal

Henna y su amiga me dieron la llave de mi puerta y la abrí por primera vez. A la izquierda nada más entrar había unas perchas para colgar la ropa y a la derecha las puertas de las habitaciones. La mía era la última de ellas. La primera estaba abierta y pude ver un gran desorden dentro. Mientras avanzaba con mis tutoras por el pasillo apareció una chica bajita y morena secándose el pelo.
La chiquilla era bastante mona, con lo que por un momento pensé que las habitaciones eran mixtas y daba gracias porque me hubiera tocado una como ella como compañera.

–Esta y yo tendremos que hablar mucho– pensé.

Metí todo en mi habitación y volví a salir al pasillo del edificio con mis tutoras. Ellas le dieron un Survival Package a mi vecino de enfrente, al que me presentaron pero sólo volví a verle otro día en una fiesta y ya no puedo recordar su nombre.
Antes de que se despidieran del todo me dijeron que quedábamos a las 12 de la mañana en Elli, la oficina que alquila las casas para estudiantes, que está en Keskusta (el barrio del centro), en la calle Niskakatu. Me marcaron el sitio en el plano y se fueron.

Yo, como tenía que llamar a mis padres tomé un pequeño desayuno, compuesto otra vez por conchas Codan y un brik de biofrutas y me puse a buscar un teléfono público por los alrededores. Ví una calle principal, Utrantie, y decidí seguirla. Al poco encontré un pequeño centro comercial cerrado en el que no encontré ningún teléfono público, de modo que seguí andando. En seguida dí con una estación de servicio con precios exhorbitados y la cafetería abierta y decidí entrar.
El lugar estaba lleno de señores mayores con chándals horteras, como en cualquier lugar. Pregunté a la dependienta si había teléfono público y me dijo que no, pero que podía usar el de la gasolinera si necesitaba llamar. Le dí las gracias y llamé a cobro revertido a casa. Se puso mi madre, visiblemente soñolienta, pues debían de ser las 6 de la mañana en España y le conté mis visicitudes en el viaje y que me quedé sin dinero en el móvil. Después de eso compré una tarjeta telefónica para llamar dentro de la ciudad a Vibhor, el tipo hindú que tenía mi sirvival package, y me fui otra vez a casa a dormir.

A las 11 puse el despertador y tras remolonear un rato me puse de pie y me dí una ducha en mi piso. Mientras dormía me habían molestado bastante la luz que entraba por las ventanas sin cortinas y la música que mis compañeros de piso ponían. Cuando salí por la puerta me saludaron dos tipos y se presentaron, eran Dominik y Wojtek, mis compañeros de piso. Yo estaba ligeramente confundido, creía que vivía con una chica y alguien más. Sin entender muy bien qué pasaba me metí a la ducha y me quedé un rato largo.

Me cambié de ropa, ya la que del viaje olía un poco a sudor y me puse en marcha hacia Elli con el plano en la mano. Yo sabía que Joensuu tenía sólo 58.000 habitantes, pero la distancia entre Rantakyllä y Keskusta es un paseo de tres cuartos de hora si se camina rápido y de hora-hora y pico si se camina lento. Nada más salir de casa me eoncontré con Beth y le dije hola. Ella no me saludó.

Llegué al Elli media hora tarde pero mi tutora no estaba allí. Tuve que esperar otra media hora en una cola bastante larga y bajo un sol bastante más pegajoso de lo que cabría esperar para Joensuu, detrás de Louise y Sophie (en aquel momento, claro, no sabía quién eran Louise and Sophie) antes de que mi tutora apareciera, con otras dos tutoreadas cuyos nombres no me sé y supongo que no me sabré. Una de ellas era de Namibia y la otra de Marruecos. Ambas no muy bellas.

Esperamos en la cola otras dos horas y mientras esperábamos me estaba muriendo de sed, de hambre y de cansancio. Me comí unas cuantas galletitas y bebí un vaso de un extraño zumo. En la cola ya se percibía que Henna pasaba un poco de mí, pero tampoco le dí mucha importancia y me centraba sobre todo en intentar escuchar algo de español a mi alrededor: lo último que escuché en español fueron unas cuantas frases en el avión a Ámsterdam.

En la cola ví de lejos, mientras se iban, a las que ahora conozco como Esther y Clara, pero ya se estaban yendo. En el resto del rato no vi a nadie más conocido ni español. Mandé un sms a Vihbor antes de que llegara mi turno y me respondió que pasase por su casa a tomar un café y a mirar lo de mi survival package. Firmé mis cosas y me fuí a ver a Vihbor.