Fin del culebrón de las enfermeras finlandesas

Resumimos hace unos días el problema (problemón más bien) que tenían en Finlandia con sus enfermeras, y que tal iba a ser el problema que iba a medio-parar el sistema sanitario finlandés.

En resumen todo el mundo estaba en sus trece y nadie quería dar el brazo a torcer: las enfermeras querían más remuneración (que, por otro lado, merecían) y el gobierno decía que no, que es una subida bestial para el estado. Al final miles de enfermeras se autodespedían porque para ellas la huelga no existe (los servicios mínimos son casi trabajar con normalidad) y el gobierno elaboraba a toda prisa una ley para que lo que iban a hacer se convirtiera en ilegal (y no llegó a la constitución finlandesa porque no lo aprobó la cámara entera).

Finalmente, el domingo pasado (un día antes de que se hiciera efectivo el autodespido masivo) se llegó por fin a un acuerdo por unanimidad. Las enfermeras tendrán una subida de sueldo del 22% al 28% en los próximos cuatro años, así como una paga extra en navidad de 270 euros, de modo que han obtenido lo que pedían.

El hospital de Joensuu
Una clásica foto de enfermeras. Fuente: (CC:by-sa) Y por si lo necesitas, este es el post de ir al médico en Joensuu

Los empleadores municipales, los ayuntamientos, creen que el trato les ha salido muy caro, y estiman que habrá subidas de impuestos locales, así como en los servicios municipales. Por su parte, la ministra de servicios sociales Paula Risikko dice que por encima de todo ha sido en interés de los finlandeses que se haya llegado a un acuerdo.

¿Que el primer ministro fuera hospitalizado y el miedo a que no hubiera nadie quien le cuidara habrá tenido que ver? La ley que estaban tramitando y que pretendía multar a las enfermeras que dejasen su trabajo, se iba a remitir si se alcanzaba un acuerdo, como ha sido, de modo que parece que las aguas vuelven a su cauce, ya que había muchos partidos que no querían respaldar esa ley «que pretendía arreglarlo todo con multas y dinero». En este sentido, no dejan tocado al sector de las enfermeras, que hubieran visto cómo no podrían renunciar a su trabajo ni despedirse cuando quieran, de modo que las enfermeras no tendrían ese derecho.

Bien que está. Ya os podéis poner malitos (esperemos que no) cuando vayais en navidad a Finlandia o si estáis allí ahora.

Nada de fiesta, enfermeras. A trabajar
No hay fiesta para las enfermeras: han de volver al trabajo. Fuente (CC: by-sa)