Sol tras muchos días nublados en Joensuu

Como dije antes, aquí van las fotos de ese sol que tanto echaba yo de menos. Hace tiempo que no lo veo, pero creo que, para tener menos de seis horas de luz, no se levanta ni un palmo del horizonte, con lo que si tenemos suerte y nada que hacer podemos tener un atardecer que dure todo el día.

Bueno, me dejo de enrollar, allá van las fotos

La fábrica tiene esos colores por la tarde
La fábrica al atardecer. Contaminación artística.

No hay huevos a usarlas.
Parece que hasta primavera nadie tocará esas barcas. Fijaros que los colores son todos alegres.

No sé que demonios es, pero queda de bien en las fotos...
Aún no sé que demonios es esto, pero cada vez que voy al río acabo ahí. Creo que es para la sauna.

Resquebrajándose.
Hay que tener cuidado con pisar el río cuando está helado. En la foto se resquebraja a mis pies.

Pasándomelo en grande. Y simplemente porque hay sol.
Simplemente por que luzca el sol ya se pone uno alegre, de lo poco que se le ve.

Árbol.
Porque el árbol quedaba bien.

Así si que da gusto vivir aquí.
Así sí que mola vivir en Joensuu.

Poco más, salvo que Miguel también ha colgado las suyas y hay algunas muy muy buenas, pasaros a vuestra discrección.



Empiezan los días a bajo cero

Joder...

La verdad es que después de todo no se está tan mal. Si vas a estar un rato en la calle, diez minutos o así, puedes bajar en jersey y sin guantes ni gorro y sentirte genial.
La semana pasada con tres grados se pasó tan mal como en España con los mismos, pero ahora se está extrañamente bien. Debe ser que con menos ocho ya no queda humedad que valga, porque toda está congelada.

En otro orden de cosas, hoy, por primera vez en un mes se ha despejado totalmente el cielo y me he puesto ciego a hacer fotos. Como todos los españoles.

En el río bajaban trozos de hielo de 30×30 metros y diez metros de orilla eran hielo puro donde se podía caminar por encima. Además cuando las placas de hielo que arrastraba la corriente colisionaban con la orilla se epezaban a montar una sobre otra o a romperse y hacía un sonido impresionante.

Las fotos las pondré más tarde.



Rusia(8)

Cuando llegamos al hotel descansamos un poco, cenamos cada uno en su habitación y después nos reunimos a la hora en la que habíamos quedado en el hall del hotel.

Cuando llegué yo estaba bebiendo ya la gente, y por no gastar mucho dinero nos quedamos también allí bebiendo por la noche, con nuestras botellitas de vodka. Nada más llegar me contaron la historia de Maxim y su novia.
Ellos bajaron al hall un rato antes para coger el ritmo del bebercio, pero tal vez lo cogieron demasiado bien, ya que a la novia de Maxim se la habían llevado al hospital a hacerle un pequeño lavado de estómago y a Maxim le estaba dando vueltas su habitación del hotel, o a lo mejor estaba admirando el fondo del water.

Cuando oí la historia me dí cuenta de que el tal Maxim era un capullo por a) no saber beber y b) dejar que se lleven a su novia a un hospital en Rusia y no ir con ella. Imaginaos a la pobre a la mañana siguiente, abriendo los ojos y encontrándose sola en un hospital de Rusia y sin saber cómo demonios ha llegado hasta ahí… Por si le interesa a alguien no le dió la patada al novio.

Nosotros mientras tanto, seguimos a lo nuestro que era hacer bromas, beber, reír y hablar con todo el que se te ponía delante.

Sí, vino español. El Castillo de San Idefonso.

Un alemán amigo de mi compañero de habitación llegó en un momento dado, nos hizo callar a todos con muy malas maneras y después intentó reclutar a gente para que al día siguiente alguien acompañara a Maxim a por su novia al hospital. La mayoría no podían por tener organizado el viaje a Pushkin al día siguiente pero Pitu (no se llamaba Pitu, pero así le llamábamos porque se parecía al hermano de Marta. Pitu para los que aún no lo habían adivinado).

Al rato llegó Mikko, que se iba él solo de fiesta (probablemente de prostitutas. Y no lo digo de coña, y luego explicaré por qué) y como es tan grande nos hicimos una foto con él.

Tengo una foto con Mikko y vosotros no.

Con todo la gente se fue yendo a la cama por el viaje del día siguiente y al final nos quedamos solo castellanoparlantes y seguimos bebiendo hasta que se nos acabó todo. Después de eso a la cama.

Por la mañana a despertarse pronto otra vez, a tomar ese desayuno con bollería rancia y mal café otra vez y a empaquetar las cosas para el día, y hacer la maleta porque la noche nos la íbamos a pasar en el bus de camino a Moscú.
Nos montamos en el bus a cosa de las nueve y salimos a las nueve y media por la gente que llegó tarde, sobre todo Tetris y Ala, que se quedaron dormidas.

Realmente no estoy seguro por qué llamaban Pushkin
a ese lugar, si en realidad era el palacio de verano de los Zares desde Catalina la grande, si mal no recuerdo.
También Pushkin, el mayor escritor ruso, el Aleksis Kivi o el Cervantes de Rusia, se educó ahí, pero de todas maneras sigo sin entender lo del nombre.
De todas maneras para ir a ver el palacio había que salir de la ciudad.
Mientras salíamos pudimos ver el monumento a la segunda guerra mundial , bastante impresionante con un montón de esculturas de soldados, y, aunque no pudimos pararnos a verlo sí que hicimos algunas fotos desde el bus.

También hay más fotos de este sitio aquí.

Salimos después de la ciudad después de pasar por delante del monumento de Lenin, de pié señalando con el dedo algún lugar delante de él, delante de uno de los edificios emblemáticos del San Petesburgo comunista y después de una media hora en bus llegamos al pueblecillo del palacio.

En el viaje Raquel me anduvo contando lo que sabía de la habitación de ámbar, que estaba en el palacio de Catalina y que los nazis se llevaron en la segunda guerra mundial. También me dijo que había muchas teorías al respecto de lo que pasó con la habitación de ámbar, aunque, claro, algunas muy de ciencia ficción.



Deserciones

Esta noche, la verdad, es que no me esperaba la reacción tan efusiva que ha tenido Maciek (Magic, se pronuncia) conmigo.

Llevamos tiempo hablando la gente que nos vamos a quedar aquí todo el año de lo raro que será estar aquí sin tanta gente a la que has llegado a apreciar de verdad o simplemente a querer. Colegas y amigos se irán y nosotros seguiremos estando aquí. Es una pena, la verdad.

Por eso, por no pensar demasiado en ello hasta que llega el momento de darse de bruces con el problema es por lo que me ha chocado tanto que Maciek me abrazara de la forma en lo que lo ha hecho y me ha dicho varias veces (con esa manera que sólo los auténticos borrachos saben decir: con todo el corazón) que tenía que ir a Polonia, a Varsovia, cuanto antes posible para ir a visitarles y que me quería (amigablemente, aunque no haga falta decirlo).
Y lo peor es que Maciek es solo el primero; y el hecho de que despues de todo no nos conocíamos tanto y nos ha costado tanto despedirnos, y de que voy a tener que despedirme así de mucha gente se me hace un poco cuesta arriba.
Al menos tengo un par de días más para disfrutar de su compañía y alguno más para disfrutar de la de los demás. Menos es nada.

La verdad es que estas cosas muestras de cariño me llegan. Mucho.

Allá va una foto de la primera fiesta:
Que tiempos...
De izquierda a derecha: Lucash, Maciek, Florian, Miguel, Michel y yo.
Lucash me da un poco igual, Maciek y Florian se nos van y Miguel Michel y yo nos quedamos.
A ver que sale del segundo cuatrimestre,