Karaoke

Buscando entre todas las fotos, como ya dije ayer, me encontré con unas fotos sobre las cuales tenía en mente desde hace más de medio año hacer un post (no es tan fácil, tengo unos 30 post con título y pequeña descripción esperando a ser escritos, y siempre aparecen cosas nuevas o del día a día que toman prioridad): el karaoke en Finlandia.

Bjarne y yo: el love me tender
Bjarne y yo cantando, seguramente, el Love me tender

En Joensuu concretamente hay un gran número de pequeños bares, aparte de las mega-discotecas que son franquicia y están por toda Finlandia, como nuestro querido Gigglign Marlin (de las que quiero hacer una serie de posts, como las series que ya he hecho).

Todos esos bares, y cuando digo todos quiero decir… los que yo he visitado, tienen al menos una noche a la semana dedicada al Karaoke. Y cuando un grupo grande de Erasmus no acepta sus responsabilidades y no tiene nada mejor que hacer un miércoles por la noche sólo hay un camino: Suvikatu, enfrente de casa de Bjarne. Unas cervezas primero y al karaoke después.

Seol
Seol al micrófono.

El karaoke fue toda una institución en el primer semestre, como la bolera, con lo que cada miércoles íbamos para allá y nos hacíamos con el local que prácticamente estaba frecuentado por pocos finlandeses (dos de ellos, los mismos cada semana) y luego nosotros, en grupo de 20 personas por lo menos.

Marta y Raquel
Marta y Raquel

Los dos de siempre eran un marido y una mujer que se ganaron nuestro cariño desde el primero momento: nunca habíamos visto cosa igual. El marido se quedaba sentado mientras la señora salía a bailar con los que cantaban de la misma manera que puede verse en la foto de abajo. Sobra decir que la señora iba siempre demasiado intoxicada, y al cerrar el bar siempre venía un taxi a por ellos, pero mientras tanto ya nos había alegrado la noche. Mítico fue el momento en el que Bjarne se puso a bailar con ella mientras, mirándole a los ojos, le cantaba el Love me tender de Elvis.

Fans descontroladas
Fans descontroladas

Casi todo el mundo al final acabó haciendo sus pinitos al micrófono, y al final había un grupo de canciones que se cantaban todas las noches, como la ya mencionada Love me tender, el Lemon tree, el We are the champions y muchos otros de los que no me acuerdo (ahí están los comentarios, señoritas y caballeros, para que me lo recordéis). Y así nunca nadie salía decepcionado.

Caballeros
Un grupo de caballeros

En el barco a Estonia también había un karaoke y nos quedamos allí mientras nos duraba la borrachera (que no fue poca. No uséis los comentarios para contarla que me abochornáis), osease, toda la noche.

Parece, digo, que al final el karaoke será como en Japón, algo básico. Tendría que haber tenido alguien el SingStar de PS2 de canciones ochenteras. Con el Just Like Heaven. Y se cae el estadio.



Me había olvidado de esto

Pitonisa lola
Es la pitonisa Lola!

Por obligación (ayer me cargué el entorno de ventanas de mi Linux por intentar recuperar unas fotos borradas) ahora tengo que mirar las fotos que quiero grabar en CD’s y las que simplemente ocuparían lugar en el CD y no me interesa tener.

Con todo, estoy encontrando un montón de fotos de fiestas, nieve, frío y demás que llevaba un montón de tiempo sin revisar. Y me está entrando la morriña de volver a ir a Joensuu a partir la pana otra vez. Así es como se anima uno.

Y mientras la criba sigue, puede que suba un montón de fotos que me gusten al blog por temas que me resulten chulas, como el río, la nieve, las fiestas en el skarppi, etc (por cierto, fotos de fiestas en el Giggling Marlin hay en este enlace), con lo que si os gustan las fotos sobre vida Erasmus, a estar pendientes del blog.

Y mientras tanto… disfrutad de la foto de Pitonisa Lola! Una lituana majísima pero que en nada te pone dos velas negras, como indicamos Miguel y yo en la foto.

Y ella tan feliz.



Por ver la televisión en Finlandia hay que pagar

Teles

En otros países, tal como Inglaterra o nuestra querida Finlandia, la televisión pública es de pago.

Esto, que puede parecer una contradicción, no lo es: la gente contribuye a que la televisión pública no de (tantas) pérdidas como ocurre en España y pueda ofrecer productos de más calidad con una menor cantidad de anuncios.

En realidad, y para ser más exactos, es pagar por tener televisión: si tienes televisión hay un «cobrador de la televisión» que va por las casas comprobando si hay televisores y cobrando la factura si los hay. Y ya la televisión es la que se ocupa de administrar esos fondos.

Alrededor de 200 euros al año es lo que cuesta tener el aparato. Y 200 euros son mucho para un estudiante, incluso si recibe pensión del gobierno, con lo que la mayoría de ellos que tienen televisión no abren la puerta al cobrador de la televisión. De hecho los estudiantes finlandeses que no pagan tienen miedo de que venga cualquier día y si alguien llama a la puerta inesperadamente no abrirán. Por si las moscas.

Los adultos trabajadores, claro, pagan. Ellos que pueden.
De Erasmus, en cambio, no he tenido ninguna noticia. Gente con televisión y PS2 al que ni siquiera le llamaron a la puerta para echar un vistazo.

Bien por ellos. Y por todos los que van a jugar, claro. 😉



Ropa para viajar a Finlandia

Hace cosa de un año ya empezaba a rondarme por la cabeza una pequeña lista de cosas para llevarme a Finlandia en la maleta, con lo que más o menos empecé a hacer una lista con las cosas que había que llevar. Una lista de, entre otras cosas, ropa para viajar a Finlandia.

Maleta con ropa para viajar a Finlandia
Una Maleta para llenar con ropa para viajar a Finlandia

No recuerdo exactamente lo que me llevé yo, sólo sé que se pasaron 13 kilos de lo que podía llevar en un avión. Por lo menos sé que fueron tres jerseys, cuatro sudaderas, dos chalecos, un abrigo, dos pares de botas (waterproof y no), unas zapatillas, unas chanclas, toneladas de ropa interior, seis o siete camisetas, mallas térmicas, algo de comida para los primeros días, sábanas, toallas, cosas de higiene, cosas para las heridas, fotos para decorar mi habitación, mi portátil y un par de libros para entretenerme en aeropuertos.

Pero esas eran las cosas que yo me llevé, en ocasiones nada relacionadas con las que son necesarias para vivir en Finlandia.

Lo primero que hay que ver es cuánto tiempo se va a estar allí. Para eso depende el tipo de ropa que hay que llevar en un viaje a Finlandia.

Ropa para estar un semestre en Finlandia

Pues también depende del semestre.

El primer semestre no es tan frío, y aunque a día de hoy los días en Joensuu sean de 19 grados y por las noches se acerque peligrosamente a cero (los datos oficiales son estos), lo normal es que aún no haga tanto frío.

En el primer semestre llueve un montón en Joensuu. Si se mira atrás en el blog a los primeros meses se nota que me quejaba bastante de que estaba muy nublado todo para mi gusto y que la previsión semanal constaba de lluvia, lluvia y más lluvia. Con esto, lo que quiero decir es que un buen pantalón para la lluvia es esencial, sobre todo teniendo en cuenta que la bicicleta será tu principal medio de transporte. Unas botas waterproof o a prueba de agua también son necesarias y si el abrigo que os lleváis es impermeable, no habrá ningún problema a este respecto.
Los pantalones de lluvia fueron una cosa que se me olvidó y que es recomendable que os llevéis. Pero si aún no tenéis, aseguraros al compraroslos que transpiren. Sino lo hacéis el sudor queda por dentro y parecerá que ha llovido por dentro también.

Un plástico para la bici
Un plástico para la bici es también una buena idea

Las temperaturas durante el otoño no son especialmente severas: lo que yo ví fue un -10 como máximo, lo que quiere decir que no es necesario llevar pantalones de nieve: los pantalones impermeables son suficientes para proteger contra ese frío suave (sí, -10º es suave…).

Sobre el abrigo, yo recomiendo llevar pocos abrigos pero buenos. En mi caso yo me llevé un abrigo Columbia, marca que no me ha dado ningún problema y no sólo eso: llevé el mismo abrigo desde que hacía 10 grados hasta cuando hacía -30, y prácticamente la misma ropa desde que hacía -5 a -30. Los abrigos columbia no dejan pasar el aire ý por eso por dentro se siente uno como si en el fondo no hiciera tanto frío.
Algún abrigo extra se puede llevar para cuando no haga tanto frío, o al menos me refiero a abrigos con los que no se pasa tanto frío en España, aunque para el invierno Finlandia no servirían. Sería más bien para principios de otoño y finales de primavera. Quizá no compense, como yo con mis chalecos.

Si no tenéis un abrigo de estas características, no obstante, se puede comprar relativamente barato en la tienda de segunda mano: he visto abrigos Columbia bastante chulos por 25 euros y en buenas condiciones. Tal vez os merezca la pena comprároslo allí.


Los abrigos columbia, los amigos de los niños

Como este post me está quedando demasiado largo, pararé aquí y dentro de poco seguiré con él. Mientras tanto, las ideas de arriba son de las más importantes. Tomad nota.

Actualización: esta es la segunda parte del post.