Atardeceres interminables en Finlandia

Ahora que aquí ya nunca oscurece del todo (impresionante salir a la calle a la una de la mañana y ver en el horizonte luz, y ver que a las tres hay bastante) los atardeceres que duran una buena hora son espectaculares. El otro día que no había nada que hacer Michel y yo nos dijimos: ¿Y si…?; arregamos un grupo de personas y allá que nos fuimos al lago Pyhäselkä a ver la puesta de sol.

Las fotos correspondientes están en mi espacio de carbonmade, concretamente aquí.



Visita familiar

Con el corazón dividido

Como ya os dije, estuve este fin de semana con mis padres y por eso no he podido actualizar el blog: a cottages perdidos de la mano de Dios entre Punkaharju y Savonlinna no llega Internet, y también un periodo de desconexión tampoco es malo. Y además cuando llego hay noticias a porrón, lo que siempre me estimula: cafés y confesiones.

A ver qué tal se da la vuelta al blog que estos días tengo que entregar unos cuantos trabajos, hacer unos cuantos exámenes y viajar a los sitios que aún no ví.

Pero esto está reabierto.



Pompas

Aunque no lo parezca, estos días no sólo nos dedicamos a hacer el cafre (uno y DOS!).

Yo por lo menos estoy currante: hoy un examen, el miércoles que viene otro, tres trabajos que terminar y uno que empezar. Pero aparte de eso uno no se reprime y sale un rato a disfrutar de la temperatura y del sol, y ya de paso hacer el moñas un rato.

Estaba claro cuando lo ví en el Tiimari (post sobre el Tiimari coming soon): pompas de jabón. Y claro, doble vertiente: a los que les caigo mal (polacas! Si yo os quiero hombre…) dicen «mira a este gilipollas» y a los demás les parece resultón.

Pompas de jabón

Marta y las pompas

Yo en cuanto lo ví supe que era una apuesta segura.



Bicis voladoras.

Cuando uno se aburre al final de su erasmus, esta es una buena forma de pasar el rato.

Para qué decir más, si lo pone en el vídeo que grabamos entre Michel, Miguel, Álvaro y un servidor.

Y no es la primera vez.
Y algo me dice que no será la última 🙂