Polite? Maybe not

Una de las cosas que se lleva en esto del erasmus es formar un ghetto. Con ghetto quiero decir una comunidad cerrada de gente que habla el mismo idioma y que entre ellos hablan en su lengua nativa.
Por ejemplo, nosotros en Latolankatu tenemos formado el spanish ghetto, porque a casi todos los españoles les han mandado aquí (los pisos más baratos) y hay veces, sobre todo a nosotros, que estamos hartos de hablar en inglés y preferimos juntarnos todos y hablar libremente sin barreras del idioma.

Pero de todas maneras no somos un grupo cerrado para nada. Por ejemplo, Bjarne es uno de nuestros mejores amigos aquí (al menos de Marta, Raquel, Miguel y mío) y cuando el está hablamos en inglés siempre (salvo casos excepcionales, en los que nos tenemos que explicar algo entre nosotros para ver si alguien lo sabe decir) y tendemos a hablar en inglés cuando alguien está presente, salvo en conversacionesque no están en la conversación con el susodicho english-speaker, a no ser q seamos pocos los que estamos hablando.

Latolankatu, tú.

Pero el spanish ghetto no es el único. Hay otros ghettos y tal vez más cerrados. En concreto hay algún ghetto polaco por ahí (con participación de Las Morancas, unas polacas grandes y fuertes con una risa atronadoramente insoportable) y, el french ghetto, que tiene los mismos problemas que el español y tal vez, el ghetto ruso, el más cerrado que conozco.

Aunque no parecen mala gente, parece que les disgustas cuando estás con ellos porque tienen que hablar en inglés. Eso si lo hacen.
Ayer mismo estaba con mi compañero de proyecto del IMPIT, Yuriy Lahktin, y estaba también por ahí Anahit. Yo estaba trabajando con Yuriy en nuestro maravilloso y revolucionario proyecto (Content adaptation for mobile devices, cágate lorito) y cada vez que se tenían que decir algo entre ellos empezaban a hablar en ruso.
La primera vez fue divertido, no lo niego, pero es extraño estar con gente que se entera del percal y yo tener que estar a lo mío. Después de quejarme un par de veces en un perfecto inglés y con buen humor, empecé a quejarme con mejor humor en español, con lo que, cuando yo hablaba en español, Yuriy y Anahit callaban y se quedaban intentando adivinar qué era lo que decía.

Osea, que cuidadín con los ghettos que es un coñazo. Es recomendable formar uno pero también es recomendable ser polite. Suerte tengo de que no me importe mucho el tema.

Moraleja: No me jodas!



Javi(4): Diario sabado, domingo, lunes

Lauantai 8:
El fin de semana lo aprovechamos para alquilarnos un par de coches e irnos a hacer unas rutas por Carelia. Llenamos los dos coches ambos días, y fue un fin de semana maravilloso.

Antes del viaje con nuestro Focus.
Antes de la partida en Suvikatu, enfrente de casa de Bjarne.

El sábado hicimos una excursión hacia el sur de Joensuu donde visitamos Kerimäki, un pueblo con una preciosa iglesia de madera y un cementerio con un monumento en recordatorio a los caídos en la 2ª Guerra Mundial. Después vimos Savonlinna, donde hay un impresionante castillo construido sobre una isla de roca dentro de un lago. Al parecer el castillo fue una defensa contra la invasión rusa, que al fin y al cabo no resultó muy efectivo. Por último marchamos cuando ya anochecía a Punkaharju, donde pretendíamos ver unas trincheras que no encontramos, eso sí, vimos un lago…

Kerimäki
(Probablemente) La mayor iglesia de madera del mundo.

Cementerio en Kerimäki
El cementerio de Kerimäki. Típico finlandés.

In the middle of nowhere
En el ecuador del viaje, más o menos.

Cuando nos fuimos de Savonlinna, a la hora de comer, buscamos un lugar donde poder hacer una barbacoa. En Finlandia es típico hacer una hoguera, afilar unos palos y pinchar en ellos salchichas para comerlas asadas. Encontramos un descampado al lado de la carretera después de que unas lugareñas (o eso parecían) nos dijeran que estaba permitido hacer fuegos en cualquier parte. Allí estuvimos comiendo mientras disfrutábamos del paisaje verde y arbolado que domina el país. Después apagamos el fuego, recogimos todo y montamos en los coches, pero antes de poder salir a la carretera llegó un coche con un guarda forestal.

El famoso castillo de savonlinna.
El castillo de Savonlinna.

Era un tipo de mediana edad y rubio que llevaba un chaleco reflectante. Bajamos la ventanilla y nos empezó a hablar en finés. Le pedimos que nos hablara en inglés y nos respondió: “sí, hablo un poco”. Seguidamente continuó hablándonos en suomi haciendo aspavientos en dirección a la fogata. En nuestro coche iba Bjarne, un holandés que sabía algo de finés, pero parece ser que tampoco pudo entablar una conversación seria con aquel guardia. En seguida el hombre debió pensar lo complicado que sería explicarnos que debíamos pagar una multa por hacer fuego en un lugar no permitido y nos dejó marchar.

Sunset
En Punkaharju, la última parada del viaje.

Sunnuntai 9:

Toma ya
Hijos de perra…

El domingo fuimos a visitar el Parque Nacional de Koli. Está un poco más al norte que Joensuu y a orillas de un gran lago (mirando un mapa de carreteras parecía el lago más grande de Finlandia, o el segundo…). Por la carretera, en el coche, uno puede admirar los paisajes finlandeses: todo abetos y abedules a ambos lados de la carretera y de vez en cuando el bosque se interrumpe con un gran lago o una zona clara donde hay casitas de tejados inclinados. Cada pocos kilómetros sueles ver una señal de tráfico que indica: “cuidado con los alces”, que al parecer suelen salir al anochecer y a veces cruzan la carretera escondidos en la niebla.

Pablo y Koli. Lamentablemente no hizo muy buen tiempo
Koli. Pronto haré un post sobre él.

Una vez en Koli, escalamos la cima más alta de Carelia, de unos 350 metros e hicimos una ruta preciosa por la frondosidad de los bosques del parque. Al final, por supuesto, hicimos otra barbacoa, esta vez en un lugar habilitado especialmente para ello, al pie del lago.

El lago
El lago de Koli, al bajar (más de una hora andando desde el Hotel Sokos, por cierto).

Barbacoa: típico finlandés
Costumbres Finlandesas.

Maanantai 10:
El lunes fue un día mas tranquilo, estuvimos en Joensuu toda la jornada.

Luteranos, mamones, tocadme los...
La iglesia luterana.

Volvimos a comer en la universidad y por la tarde pasamos por algunas tiendas para comprar regalos. Un lugar de obligada visita es la tienda de segunda mano: “Second Hand Centre”, muy frecuentado por los Erasmus y por el resto de finlandeses, donde parece que la cultura del segunda mano está más extendida que en España (algo extraño de primeras conociendo la renta per cápita de Finlandia).
Bea, muy mona en la Second Hand
Bea, en la second hand.

Éste fue un buen día para ver Joensuu puesto que era el aniversario de un poeta finlandés muy importante [Aleksis Kivi; N del T] y en todas partes había banderas de Finlandia alzadas. Otro detalle que me llamó la atención son los nombres peculiares de los lugares que suele haber en Finlandia, por ejemplo, el centro de turismo de Joensuu se llama “Carelicum”.

Kivi ha muerto. Banderas arriba.
Kivi esta vivo / me lo dijo un amigo / cuando el sol empezaba a caer

El día lo terminamos viendo anochecer a orillas del río. Bueno, después fuimos con las bicis a comprar al “LIDL”, que por cierto, queda un poco lejos.

Río
El río de Joensuu.



Abstenciones

Estos días preveo poco tiempo para poder escribir por aquí y simplemente poner con cuentagotas lo que Javi me ha pasado sobre su experiencia en Joensuu, así que me quito el mono poniendo algunas fotos del viaje a Rusia que es lo que me muero de ganas por hacer.

Las cosas son así.

Osea que giro a la izquerda y allí...
Pasada la frontera rusa.

El vicio comienza
La vodka la peor droga. Fijaros en la cara de Thomas y decidme si no os inquieta un montón.

Dabuti
El amanecer desde el hotel en San Petesburgo

Mikko es el puto amo y lo sabe
Michel, Florian, Mikko y un servidor en el Hotel Sovetskaya de San Petesburgo

Están locos estos Rusos
Todo en cirílico.



Javi(3): Diario jueves y viernes

UN PEQUEÑO DIARIO (Lokakuu, 6-12)

Torstai 6:
En mi caso el primer día (jueves 6 de Octubre) fue tan impresionante como cualquiera de los que pasé en Finlandia. Para llegar a Joensuu, la ciudad donde vive mi amigo Santi, en la región de Carelia (centro-este de Finlandia) teníamos que coger dos vuelos y un tren.

Yo nunca había montado en avión y fue una experiencia irrepetible. Salimos a las siete de la mañana de barajas, pudimos ver amanecer en el avión y a media mañana llegamos a Frankfurt, desde donde cogimos el vuelo que nos llevaría a Helsinki, la capital de Finlandia. Ya en el avión tuvimos los primeros contactos con el inglés a la hora de hablar con los auxiliares. Llegamos a destino a las 14.30.

Si había parecido largo el vuelo de España a Finlandia (6 horas de viaje), más dura iba a ser la llegada a Joensuu. En el aeropuerto cogimos un autobús que nos llevaba al centro de Helsinki y allí pillamos por los pelos el tren de las 15.30. Todas estas prisas me recordaron a mi viaje de Interrail del verano anterior y me trajo buenos recuerdos. El tren hacía un recorrido de 5 horas atravesando el intrincado territorio encharcado del país. De esta manera llegamos a Joensuu a las 9 de la noche cuando ya hacía muchas horas que había anochecido. Allí nos esperaba Santi y su novia Patricia, junto con la tutora de esta última: una finlandesa rubísima con cara de finlandesa (véase la primera parte de este escrito). Pero esto era solo el principio.

Llegamos a Latolankatu al poco tiempo con las sensaciones que relaté algo más arriba. El barrio se preparaba para la (según parece) tradicional fiesta del Jueves en el “Scarpie” (Actually is Skarppi. N del T), un local que alquilan los Erasmus de Joensuu para hacer fiestas. Es una lástima que yo estuviera algo cansado del viaje de (echando cuentas… 14 horas) pero sobre todo por estar todavía algo acatarrado, sin embargo tomé algunas cervezas finlandesas (supongo) y respiré el ambiente fiestero Erasmus desde dentro. La fiesta estuvo muy animada aunque el no conocer a casi nadie me dejó la sensación de ser un forastero entre muchos buenos amigos.

De fies
Una típica fiesta

Bea contenta :)
Bea, disfrutando de la fiesta del Skarppi.

Un viejo amigo
Don Sancho, un vino típico espanjalainen aquí en finlandia.

Perjantai 7:
El viernes dormimos hasta bien entrada la mañana. Después marchamos a Keskusta, el centro de la ciudad (de Joensuu y de todas las ciudades de Finlandia…). Comimos en la cafetería de uno de los edificios de la universidad donde pusimos a prueba la confianza finlandesa:

Cuando vas a comer, ves frente a las puertas de la cafetería una gran zona de percheros donde los estudiantes van dejando sus abrigos y bufandas sin ningún cuidado de que alguien pudiera llevarse lo que no es suyo. Yo por si acaso me llevé la bufanda conmigo. Una vez en el interior cogimos las bandejas para comer como se hace en cualquier universidad de España. A los alumnos les hacían descuento enseñando un papel que era algo así como un carné para la cafetería. Sin embargo, a estas alturas del curso nadie lo enseñaba (a las cocineras no se les pasaba por la cabeza que alguien que no fuera de la universidad intentara ir allí a comer barato…), en todo caso hicimos turnos para que mi amiga Bea y yo comiéramos también por menos precio ya que los “carnés” no tenían foto. Finalmente hay un último detalle interesante: si bien la comida se servía en la típica barra por la que uno va deslizando su bandeja y sirviéndose, había una zona de buffet con ensaladas, panes y salsas donde nadie controlaba nada. De tal manera cualquier individuo ajeno a la universidad podría entrar, coger unos platos, llenarlos de ensalada y sentarse a comer totalmente gratis… Supongo que en la vida de la Universidad de Joensuu se podrá contar con los dedos de una mano las personas que se han atrevido a hacer eso.

Después de comer fuimos a alquilar unas bicicletas para nuestra estancia en la ciudad, vehículo indispensable, y pasamos la tarde paseando por Joensuu y al anochecer vimos el inmenso lago en el que desemboca el río Pielisjoki.

Un día de turismo en Joensuu
Turismo en Joensuu.

In the middle of Joensuu
El parque entre Länsikatu y Yliopistokatu. Osea, el centro.