Visitar (con niños) el pueblo de Papá Noel en Laponia

Como en los últimos posts, Javier nos sigue contando cómo fue su viaje en Familia a Laponia. En el primer post nos habó de consejos útiles para preparar el viaje , y en el segundo los preparativos y el momento de conocer a Papá Noel.

Hoy vamos más allá y nos cuenta sus visitas a diferentes actividades para hacer con niños en Laponia – como ver el pueblo de Papá Noel o hacer un viaje con trineos tirados por Huskies.

¡Ah! Y si quieres contar tus experiencias en el blog, como Javi, escríbenos.

¡Empezamos!

Dibujo de árbloes sobre la nieve
En este post visitaremos el pueblo de Papá Noel.

El pueblo de Papá Noel

Acabaremos con Santa Claus Village, donde pasamos el último día.

Un complejo al estilo Port Aventura (pero mucho más pequeño), a pocos kilómetros de Rovaniemi y del aeropuerto. De hecho hay turistas que se alojan directamente allí.

Para llegar allí, si no quieres coger un taxi, hay autobuses de línea. Sin embargo, hay que estar atento y no bajar antes de tiempo en Santa Park (el tercer lugar de Papá Noel). La distancia entre los dos sitios es media hora caminando. Y eso, con el frío Lapón, es duro.

En el Pueblo podrás encontrar la Oficina de Correos de Papá Noel (visita obligada), la Casa de Papá Noel (nos asomamos y estaba atestado, bendito Joulukka) y algunos locales de restauración y tiendas de regalos.

Un elemento esencial es la línea del Círculo Polar Ártico. En invierno no se ve la marca del suelo por razones obvias – la nieve, claro – pero puedes sacarte una foto con las columnas que lo delimitan. Éstas.

Colunmas del círculo polar ártico

En el Pueblo de Papá Noel también se ofrecen in situ casi todas las actividades que puedes contratar en otros sitios: renos, huskies y motonieves.

A mí no me gustó el Pueblo de Papá Noel, con todos los autobuses desalojando a masas de turistas allí, pero es visita obligada. Tal vez en otras épocas está menos atestado.

Las actividades de pago en el Pueblo de Papá Noel

Allí hicimos tres actividades de pago.

Nuestro peque hizo un circuito de 10 minutos montado en mini-motonieve (para adultos hay que reservar con antelación).

También visitamos el Snowman World, un minicomplejo donde te ponen una pulsera y puedes hacer las siguientes cosas que voy a relatar. Puedes tirarte en un minitobogán de hielo, patinar en una pista de hielo ridículamente pequeña, tirarte con un donut por una supercuesta digna de circuito de bobsleigh. Esto no lo recomiendo para niños (mejor en Ounasvaara), yo me tiré y todavía tengo parte de mi trasero allí.

Y finalmente visitar (o incluso consumir en) un bar de hielo y un restaurante de hielo.

Cuesta más de 30 euros por cabeza (sin descuento infantil). Realmente salvo que tengas mucho interés en sacarte fotos en el bar o el restaurante o admirar las estatuas de hielo que tienen (son realmente bonitas), yo no lo recomiendo.

Restaurante de hielo
El restaurante de Hielo.

Un paseo en trineo tirado por Huskies.

Nuestra última actividad del día y del viaje fue un paseo en trineo tirado por estos animales.

Lo hicimos en el Arctic Circle Husky Park, a las afueras del Pueblo de Papá Noel.

Es un centro donde tienen 200 huskies, algunos de ellos expuestos en jaulas (de un modo un tanto de deprimente, aunque los sacan para tirar de los trineos).

Las actividades con trineo deben reservarse semanas antes.

Nosotros reservamos un paseo donde tú mismo conducías el trineo. Se hace al final del día, en plena noche, cuando el parque ya ha cerrado. De ahí esta foto más oscura:

Mientras que te calientas en un fuego al aire libre, ellos van preparando a los perros que no paran de aullar y ladrar nerviosos.

El frío y la atmósfera era un tanto deprimente pero todo cambió cuando te explican cómo llevar el trineo y la importancia de usar y abusar del freno porque los huskies están realmente locos (en el
buen sentido) y siempre quieren correr.

Trineo tirado por Huskiesen Laponia
Un trineo tirado por Husies para la familia.

El circuito, con una linterna en la frente para ver en la oscuridad, fue fascinante, un auténtico baño de adrenalina. Aunque se me hizo corto, lo recomiendo al 100%, pero es una experiencia bastante física.

La idea es que a mitad del camino se para y el que conduce se sienta en el trineo y al revés. La jornada acabó una vez más en una kota recuperando calor.

Y esta fue nuestra experiencia en Rovaniemi en Navidad. Es un viaje recomendable tanto con niños como sin ellos. Hay más actividades posibles, pero lo que os he relatado es lo que tuvimos tiempo de hacer.

¡Espero que sea útil a los futuros viajeros!