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Trabajando a -30 grados

Yo fui a Joensuu a finales de Agosto de 2005. Las hojas de los árboles estaban todavía verdes, lucía el sol y todo el mundo estaba por la calle con sus bicicletas y todos llevaban una chaqueta fina ya que por las noches refrescaba. Los que trabajaban en la construcción tenían sus cascos, sus chalecos reflectantes y sudadera o camiseta.

Luego llegó el otoño y las primeras nevadas cayeron a principios de Noviembre. A finales de Noviembre la temperatura normal era ya de -15 grados. Pero mientras tanto, los trabajadores de la construcción seguían a lo suyo en las obras. El mismo casco y el mismo chaleco reflectante, pero esta vez complementados con abrigos gruesos y guantes ídem.

En Febrero, cuando la mayoría de los días llegaban tranquilamente a -30 grados, ya no se veían trabajadores en las obras. Les pregunté a mis finnish friends [1] por el momento en el que las obras se paraban y los constructores se tomaban unas vacaciones (al estilo temporada baja en la costa española). Si no recuerdo mal me dijeron que no había momento exacto, que dependía de la meteorología de cada año.

Una obra en Finlandia, esta vez quizá con demasiado frío para trabajar
Una obra en Finlandia. Es posible que hiciera demasiado frío para trabajar a cielo abierto.
Fuente (CC: by) [2].

Leo en el HS que es algo más complicado que eso. Muy pocas empresas finlandesas han establecido límites para el trabajo a cielo abierto [3], con un tercio de los trabajadores finlandeses llevando a cabo su labor en el exterior.

El colectivo de los trabajadores de la construcción recomienda que se ponga un límite de temperaturas mínimas para trabajar al iniciarse la construcción de un edificio. Esta recomendación se toma a la ligera. ”A veces los límites se acuerdan y a veces no», reconoce Jarmo Martikainen, portavoz de la Unión de Trabajadores de la Consturcción Finlandesa de Uusimaa.

«Si durante condiciones de frío severas no hay trabajo disponible en la obra, la gente puede tomarse el día libre». Dichos días libres no se pagan. La ley estipula que así sea ya que debido a frío severo los trabajadores pueden ser despedidos temporalmente, y para días así el salario no se paga. Lo mismo sucede para la industria forestal.

De todos los trabajadores finlandeses, el Instituto Finlandés de Salud Ocupacional estima que alrededor de un tercio trabaja en el exterior durante el inveierno. Las actividades en las que los trabajadores están expuestos a los elementos incluyen agricultura, comercio e industria, transporte e industria alimentaria. «Hasta donde yo sé, ninguno de estas actividades ha definido un límite claro de temperaturas mínimas”, dice Hannu Rintamäki del Instituto Finlandés de Salud Ocupacional.

En un país como Finlandia, en el que la lucha contra los rigores del invierno está tan perfeccionada como una operación militar [4], y como bien decía Jesús en nuestro post anterior [5] saben sacar partido a lo que tienen como nadie, parece que se toman estoicamente el tener que trabajar también en condiciones en las que nosotros no podemos ni siquiera imaginarnos. Una buena protección y listo, como un día cualquiera. Supongo que ellos lo llamarán sisu [6].

En defensa de los españoles que estuvimos allí de Erasmus diré que nosotros no dejamos de ir en bici en ningún momento. Ya fuera a +20 o a -30 grados.

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