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Mi primera vez en Suecia (Estocolmo) – Parte 2

Los tres ex-erasmus de Joensuu, ahora en Estocolmo.

* Este post es la continuación de este sobre Estocolmo [1].

Djurgården es la isla-parque de Estocolmo. Situada al este del centro, esta isla es un parque gigante moteada con todo tipo de museos. Nosotros entramos en un pequeño museo natural de animales disecados que no era nada del otro mundo, aunque nos permitió sentarnos un rato para descansar de tanto andar por la ciudad. En esta isla hay un museo con un barco auténtico del siglo XVI – si no recuerdo mal – el cual se hundió nada más botarlo y que recuperaron años más tarde para el museo. Este museo no lo llegamos a ver. Si andáis pensando en ir de museos en Estocolmo, recordad que estos son todos de pago, por lo que es mejor elegir bien.

Djurgarden, a la derecha con el barco, y Östermalm al fondo. Foto tomada desde Södermalm.
A la derecha, donde está el barco, está Djurgården. Al fondo, Östermalm.

La isla principal de Esocolmo no es una isla, sino que en realidad es una península. En ella se encuentran los edificios más grandes y modernos, así como la zona de tiendas de las grandes marcas. En el centro-centro, al igual que en Helsinki, está la estación de trenes y de autobuses, y es el primer lugar que se ve al llegar a la ciudad desde los aeropuertos – yo volé a Arlanda. Al coger el autobús para el viaje de vuelta iba algo tarde y al preguntarle al conductor si ibamos a llegar a la hora o habría tráfico me dijo «chico, en este país no hay tráfico» -. En esta zona hay barrios ya sin dividir por islas, y aparte del central con los edificios de negocios y las tiendas, otro que cabe destacar es Östermalm, el barrio pijo, en el que se puede uno encontrar por la calle a los ricos del lugar con sus interesantes atuendos e ir a cafeterías pijas.

Edificios modernos del centro
Arquitectura modernista del centro de Estocolmo.

Nuevo y antiguo en el centro de Estocolmo
Nuevo y viejo en el centro de Estocolmo.

östermalm
Haciendo un descanso en el medio de Östermalm, tras mucho caminar.

Aparte de todas esas islas, más al sur ya en el continente, este consiste en barrios residenciales para las familias de clase media, aunque en tren se puede estar en el centro de Estocolmo en pocas paradas.

Sobre la gente, las chicas y los chicos que uno puede cruzarse por la calle, por supuesto hay de todo. A mi las señoritas suecas se me antojaron muy monas y caminaban por las calles de la estupenda Estocolmo con mucha belleza y seguridad sobre sus tacones y botas. Ellos iban también muy bien vestidos y arreglados. Sobre su arrogancia, aunque es verdad que conozco a suecos arrogantes a los cuales aprecio mucho, no me pareció tal y la mayoría de la gente era muy amabale.

Think tank por Estocolmo
Nosotros también éramos muy amables.

La vida nocturna era también cara aunque comparable con la de Berlin en precios de entradas. En cuanto a las cervezas o bebidas, sin embargo, la cosa estaba muy cara y optamos por hacer siempre algún previo con las botellas que había comprado en el aeropuerto de Berlin e importado a Suecia – al igual que debió hacer medio avión, ya que todo el mundo llevaba algo-. Las discotecas, sin embargo, cerraban a las 3 de la mañana y había que irse a casa, de modo que un día optamos por hacer un after en la casa en la que estábamos con unos cuantos suecos.

También fuimos a algo que ninguno de los tres, ex-erasmus en Finlandia, habíamos hecho allí: fuimos a un bar de hielo (como el del hotel de hielo [2]) del centro de Estocolmo, gentileza de una amiga de Miguel que trabajaba en el hotel – en el cual todo estaba hecho de hielo incluso los vasos en los que nos bebimos unos curiosos chupitos y nos encontramos con una cantidad sorpresiva de españoles para la poca gente que cabía allí: dos parejas de mediana edad que no dejaron de decirnos que a ver si salíamos en el programa «Españoles por el mundo» y una pareja jóven de vacaciones.

El bar de hielo del centro de Estocolmo.
El bar de hielo del centro de Estocolmo.

En resumen, aunque Estocolmo es el colmo de lo caro, es una ciudad impresionante con un ambiente inigualable. Vale la pena ir y ya que los vuelos cuestan poco creo que me volverán a ver por allí el año que viene cuando haga buen tiempo una o dos veces más. Bjarne dijo que si tuviera que elegir una ciudad del mundo para vivir, esa sería Estocolmo. Y yo creo que si no viviera en Berlin tendría la misma opinión. ¡Recomendado!

El último café que me tomé en Gamla Stan antes de irme al aeropuerto.
Mi último café en Gamla Stan y en Estocolmo.

Gatan
El sufijo «-gatan» significa «calle» en sueco. Alguien colocó al gato al lado del nombre de la calle.

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