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«Lo que necesitamos ahora es una ley contra los pedos»

Los efectos colaterales de las medidas tomadas son algo que a veces puede preverse, pero siempre hay efectos que escapan a toda planificación y que… sorprenden.

En Finlandia entraba en vigor hace poco la prohibición de fumar en bares, discotecas y restaurantes. [1] Y ahí es donde aparece el problema [2]

Algunos sienten la necesidad de abrir sus fosas nasales en busca del olor del tabaco que lo cubría todo como una manta de polvo tras la prohibición. En la pista de baile (dance-floor, palabra que siempre me gustó) en particular, las cosas están bastante acres últimamente.

Cuando uno baila, naturalmente tiende a sudar. Sin embargo, el familiar “tufillo a pasas fermentadas” representa el más ligero y la fracción de fragancia del cóctel de olores. Una pinza de la ropa para ponerse en la nariz parece un accesorio más útil que unos protectores de oídos cuando uno salta a la pista.

Los nocivos gases de la gente que libremente «petardean» han sido notados en el otro lado de discotecas, donde la gente inicialmente debería ser protegida de inhalar el humo de los cigarrillos.“Cuando caminas entre la gente, te das cuenta de que algunos clientes huelen absolutamente asqueroso», confiesa el dueño de una discoteca de Helsinki. “Si el lugar está lleno, la pista de baile realmente no huele demasiado bien”.

Hueles a... vinagre!
Te canta el alerón, cielo.

Pero no hay que preocuparse, hay algunas respuestas al problema. La primera es una simple pista: es sabio tratar flatulencias con algo más que las dosis regulares de cerveza. La salvación real viene de fuera. En los Estados Unidos, por ejemplo, el ambiente en los clubs nocturnos ha sido largamente perfumado con esencias naturales cque cubren olores personales poco agradables.
Este procedimiento no es completamente desconocido en Finlandia, sin embargo. Por ejemplo, algunas tiendas de ultramarinos cubren el ambiente con el olor a bollos calientes. Para los más rápidos empresarios finlandeses, esto ofrece una interesante oportunidad de mercado. Algunos restaurantes pueden incluso tender a lo natural.

Concluyen el artículo, y es que tienen sentido del humor, diciendo que qué pensaría Åke Blomqvist de todo esto. Y es que el tal Åke es un conocido profesor de baile finlandés, que ya homenajeamos aquí poniendo el vídeo de una de sus lecciones para aprender a bailar: Disco Tanssi [3].

Enfin, este tema me recuerda a la canción, I bet you look good on the dancefloor [4], pero cambiado a I bet you don’t smell good on the dancefloor.

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