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El gusanillo de viajar al extranjero: París, etc.

Ya no hace falta pasaporte para ver lo que hay que ver en París.

Hace un par de días, hablando con un amigo canadiense-argentino que estaba tramitando su visado para estar otro año en Berlin, hablamos de la facilidad con la que los europeos nos podemos mover por Europa sin problemas. El pueblo de mis abuelos estaba cerca de Portugal y hacíamos algún viaje muy de vez en cuando. Recuerdo que con más o menos 4 años (1988, por tanto) fui por primera vez al país luso y había control de DNI (¿pasaporte?) en la frontera. Y aquella fue la última vez en mucho tiempo. El resto fue zona Schengen [1] y a los que no, pero que son europeos, sólo el DNI.

Mi siguiente viaje al extranjero se produjo cuando cumplí los 18 y me fui con un amigo de Interrail, en el 2002. Por aquela época Internet no era ni rápido ni ubicuo, y uno tenía que llevar preparadas de casa la lista de cosas que ver en París o fiarse allí de lo que el mapa decía. De hecho mi primer Interrail no pasó por París, ese fue el segundo, pero la idea era la misma.

Yo, con dos hermanos mayores que se habían ido en su día en verano fuera de España y que tenían montones de fotos – no digitales – sobre esos viajes, ya me iba picando la curiosidad de ir a verlos por mi mismo. Una muy icónica era la que tenía uno de mis hermanos de la torre Eiffel de París en la pared de su habitación de su viaje de Interrail. Y de ahí me surgió el gusanillo de viajar.

Como decía, mi primer viaje con el Interrail fue por Italia y el sur de Francia. Roma me gustó tanto que he vuelto por allí alguna que otra vez y las que me queden. Niza, Milán, Pisa, Florencia, Roma, y Nápoles fueron las ciudade El segundo Interrail fue algo más largo y por Francia, Holanda y Bélgica. La parada más larga fue en París si mal no recuerdo y fue bastante disfrutable. Algo caro, pero así es París.

El año siguiente decidí no hacer otro viaje al extranjero y me quedé como local haciendo el Camino de Santiago. Al siguiente el gusanillo me ayudó a sobrevivir los largos trámites y finalmente tocó irse de Erasmus a Joensuu, y esa historia la conocéis ya todos: vivir por primera vez fuera de la casa de los padres y estudiar y vivir en el extranjero. Un curso acelerado de madurez, muchos amigos y experiencias vividas fuera de España. visita a la impresionante Rusia [2] incluida, lugar el cual para visitar tuve que pedir mi primer y último visado [3] hasta el momento.

El paso siguiente fue salir del país a trabajar con la beca Leonardo [4] y quedarme a vivir en Alemania desde entonces. 5 años en total – uno en Finlandia – son los que llevo vividos en el extranjero y todavía veo alguno por delante. Quizá me quede algún visado que pedir por delante, ya que fuera de Europa (aparte de Rusia) no he estado nunca. Entonces entenderé un poco mejor a mi amigo y me sorprenderé lo difícil que simplemente es irse a un sitio y quedarse en él sin problemas, tal y como pasaba cuando yo era pequeño.

Cuánto se ha recorrido de un lugar a otro, de unas primeras incursiones de un día en el extranjero a vivir en una de las capitales europeas más interesantes. El gusanillo de viajar ha ido creciendo poco a poco.

¿A vosotros cómo os entró el gusanillo?

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