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Cómo ponerse (menos) malo en inviernos muy fríos

Los últimos inviernos notaba yo que me ponía malo más frecuentemente que en España y no sabía por qué.

Era sobre todo algo que empezaba en la garganta y que luego, si tenía mala suerte, me acababa poniendo malo del todo. Si tenía suerte sólo me dolía la garganta durante días.

Hace frío fuera
Fuera está todo congelado: a ver quién es el guapo que abre la ventana.

Repasaba los sospechosos habituales: me seguía lavando regularmente las manos, llevaba la ropa adecuada para el invierno [1] y para el frío extremo [2], y me ponía los long johns [3] para ir en bicicleta, y me alimentaba de la misma manera que siempre. Siempre, incluso en casa, solía llevar una bufanda, para proteger la garganta.

Pero yo notaba que me seguía poniendo más malo de lo normal en invierno.

Cómo ponerse malo menos veces durante el invierno

Si el otoño/invierno pasado hablé de mi experimento con la Vitamina D [8] para estar menos cansado durante la parte más oscura del año, este me quiero enfocar en el truco que a mí me funcionó para ponerme malo menos veces durante esa época.

Todo empezó por una casualidad.

Al final tras ponerme malo varias veces localicé el problema: la garganta se me secaba demasiado. Proteger la garganta no funcionaba y era justo la zona que sabía donde tenía el problema, pero no sabía cómo hacer que la cosa mejorara.

La respuesta a cómo dejar de ponerme malo la encontré gracias a notar que los días que estaba secando la colada en mi habitación era menos propenso a que me doliera la garganta.

Ropa secándose en un tendedero interior
Ropa secándose en un tendedero interior: si la dejásemos fuera se congelaría. Fuente (CC: by-sa) [9]

Las mañanas sin poner la colada me solía doler la garganta si ya estaba en el proceso de ponerme malo, pero noté que si había ropa húmeda humedeciendo el ambiente, la garganta me dolía menos o dejaba de dolerme.

Finalmente até los cabos: vivía en un ambiente era demasiado seco (de esto tiene la culpa el radiador, que es eléctrico y reseca el ambiente una barbaridad) y, al resecarse la garganta, los gérmenes campaban a sus anchas. El mantener un ambiente húmedo era lo que me mantenía más sano en invierno y me hacía caer con un catarro menos veces.

La solución casera para humedecer el ambiente

Para humedecer el ambiente hay varias posibilidades. El abrir las ventanas de vez en cuando durante el día suele ser la mejor, pero así tiramos los euros de la calefacción a la basura al helar una habitación caldeada durante el frío invierno. Otra es comprar un humidificador, pero estos suelen ser caros (en Big in Finland hablamos de los deshumidificadores en los edificios de Finlandia [10], pero no de humidificadores todavía).

Humidificador en la oficina
Un humidificador bien pensado. Fuente (CC: by-sa) [11]

La solución casera es la que finalmente adopté: una que se parece bastante a cómo me di cuenta de que la ropa mojada ayudaba.

Hice muchas iteraciones de la solución hasta encontrar la perfecta. Primero puse un par de vasos de agua junto a la cama, pero no ayudaron mucho. Segundo le di la vuelta a mi frisbee y puse agua sobre él: al haber mucha más zona de contacto entre el aire y el agua esta se evaporaba más, pero la solución no era perfecta. Finalmente di con la tecla: un paño siempre húmedo junto a la cama – le hecho agua varias veces al día – imitando a la ropa mojada es lo que me ha funcionado mejor y la que sigo haciendo hasta el día de hoy.

En resumen: mis recomendaciones para cuidar la garganta y ponerse (menos) malo

¿Tienes algún truco para ponerte menos malo o mala en invierno? ¿Has probado o probarás lo dicho en el post de hoy? Que tengáis un buen invierno, y un saludo a las madres que siempre quieren que nos abriguemos [12].

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