«Sucedándeo de la felicidad»

Esta semana también hay un artículo del diario El País que me ha llamado la atención sobre Finlandia, de igual título que este post.

En mi opinión el artículo cae en una orgía de palabras que hacen ver que el autor no ha escrito casi nada para que lo lean otros (al final me he sorprendido de que tenga por lo menos un libro editado: El tiempo de los emperadores extraños), pero sin embargo sí que ha leído un montón: nos muestra todo su vocabulario en cada frase y cada sustantivo va acompañado de un adjetivo («café humeante», «urbe recoleta», etc etc.). En sí no es malo, pero desde luego para este tipo de artículos no es bueno. Le falta humanidad y le sobra evocación. Por eso mismo se hace difícil de leer, y aunque yo he estado ahí y sé de lo que habla… pues no conecto en absoluto con esos parajes. Y menos si se exageran sus cualidades.

Volviendo al artículo, este nos habla del viaje del autor por tres ciudades finlandesas. Helsinki, Tampere y Turku por este orden son descritas por el autor del artículo de forma más o menos encriptada (véase párrafo anterior), y lleno de referencias a palabras finlandesas sin ofrecer la mayoría de las veces su traducción (y las que ofrece no están demasiado bien traducidas: kauppatori como «mercado del pescado» en vez de «la plaza del mercado») y guiños culturales más o menos conocidos. Quizá guste leerlo si se ha estado por allí, pero hacerlo «a pelo» no es tan buena idea. De cualquier manera, arriba está el link.

Gracias a Natalia por mandarme el enlace al periódico, que yo pasé por alto. ¡Y a ver si tienes un descanso en el trabajo y puedes volver a escribir un poco en Big In Finland! 😉

Helsinki y su catedral ortodoxa blanca
«…la joya blanca de la catedral luterana (Tuomiokirkko), con una majestuosa escalera como una catarata de piedra.«, dice el autor.
Y yo digo «Hombre, pues no se yo…» Fuente