- Big In Finland - https://www.biginfinland.com -

Rusia(8)

Cuando llegamos al hotel descansamos un poco, cenamos cada uno en su habitación y después nos reunimos a la hora en la que habíamos quedado en el hall del hotel.

Cuando llegué yo estaba bebiendo ya la gente, y por no gastar mucho dinero nos quedamos también allí bebiendo por la noche, con nuestras botellitas de vodka. Nada más llegar me contaron la historia de Maxim y su novia.
Ellos bajaron al hall un rato antes para coger el ritmo del bebercio, pero tal vez lo cogieron demasiado bien, ya que a la novia de Maxim se la habían llevado al hospital a hacerle un pequeño lavado de estómago y a Maxim le estaba dando vueltas su habitación del hotel, o a lo mejor estaba admirando el fondo del water.

Cuando oí la historia me dí cuenta de que el tal Maxim era un capullo por a) no saber beber y b) dejar que se lleven a su novia a un hospital en Rusia y no ir con ella. Imaginaos a la pobre a la mañana siguiente, abriendo los ojos y encontrándose sola en un hospital de Rusia y sin saber cómo demonios ha llegado hasta ahí… Por si le interesa a alguien no le dió la patada al novio.

Nosotros mientras tanto, seguimos a lo nuestro que era hacer bromas, beber, reír y hablar con todo el que se te ponía delante.

Sí, vino español. El Castillo de San Idefonso.

Un alemán amigo de mi compañero de habitación llegó en un momento dado, nos hizo callar a todos con muy malas maneras y después intentó reclutar a gente para que al día siguiente alguien acompañara a Maxim a por su novia al hospital. La mayoría no podían por tener organizado el viaje a Pushkin al día siguiente pero Pitu (no se llamaba Pitu, pero así le llamábamos porque se parecía al hermano de Marta. Pitu para los que aún no lo habían adivinado).

Al rato llegó Mikko, que se iba él solo de fiesta (probablemente de prostitutas. Y no lo digo de coña, y luego explicaré por qué) y como es tan grande nos hicimos una foto con él.

Tengo una foto con Mikko y vosotros no.

Con todo la gente se fue yendo a la cama por el viaje del día siguiente y al final nos quedamos solo castellanoparlantes y seguimos bebiendo hasta que se nos acabó todo. Después de eso a la cama.

Por la mañana a despertarse pronto otra vez, a tomar ese desayuno con bollería rancia y mal café otra vez y a empaquetar las cosas para el día, y hacer la maleta porque la noche nos la íbamos a pasar en el bus de camino a Moscú.
Nos montamos en el bus a cosa de las nueve y salimos a las nueve y media por la gente que llegó tarde, sobre todo Tetris y Ala, que se quedaron dormidas.

Realmente no estoy seguro por qué llamaban Pushkin
a ese lugar, si en realidad era el palacio de verano de los Zares desde Catalina la grande, si mal no recuerdo.
También Pushkin, el mayor escritor ruso, el Aleksis Kivi [1] o el Cervantes de Rusia, se educó ahí, pero de todas maneras sigo sin entender lo del nombre.
De todas maneras para ir a ver el palacio había que salir de la ciudad.
Mientras salíamos pudimos ver el monumento a la segunda guerra mundial , bastante impresionante con un montón de esculturas de soldados, y, aunque no pudimos pararnos a verlo sí que hicimos algunas fotos desde el bus.

También hay más fotos de este sitio aquí.

Salimos después de la ciudad después de pasar por delante del monumento de Lenin, de pié señalando con el dedo algún lugar delante de él, delante de uno de los edificios emblemáticos del San Petesburgo comunista y después de una media hora en bus llegamos al pueblecillo del palacio.

En el viaje Raquel me anduvo contando lo que sabía de la habitación de ámbar, que estaba en el palacio de Catalina y que los nazis se llevaron en la segunda guerra mundial. También me dijo que había muchas teorías al respecto de lo que pasó con la habitación de ámbar, aunque, claro, algunas muy de ciencia ficción.

[13] [14] [15] [16]