Resumen (9)

Tras la noche anterior de cena con Nico, bajamos sin bicicletas de nuevo a seguir con el orientation program. Ese día fue en el que (adelanto) conseguí disponer de la bici que luego bautizaría como la golden fox y que junto con la golden rocket de Bjarne y la ferrari de Miguel formaron un gran trío de bicis. La mía fue adquirida por 40 euros a los que tuve que sumar 20 en reparaciones para dejarla tal y como yo quería. O sea, funcionando.

De todas maneras esa mañana tuve que ir también a pie, como decía, media hora hasta el centro. Miguel y Michel se sentaron detrás de Nico y yo y Michel me presentó a Miguel. Aunque Miguel me pareció un poco huraño al principio, ciertamente al no conocer a nadie se hace más fácil seguir un poco en la brecha. Al final me enteré de que por la noche iba a haber una fiesta en casa de las turoras de Michel y, claro, me apunté.
Tras pasarme la mañana detrás de que reparasen mi bici, llegué por la tarde un poco tarde a la cita en la Market Square y casi todo el mundo ya estaba allí. Todos habían comprado ya su propio alcohol y estaban esperando creo que a algún otro rezagado. Me presentaron a los que luego conocería más intimamente como Anetka, Adam y Florian, y algún otro que no conocí luego tan bien.

Miguel me acompañó al Alko donde compré mis primeras cervezas finlandesas, unas Olvi, y pude comprobar que ninguna cerveza finlandesa está tan rica ni tiene tanto cuerpo como una española, aunque es lo que hay.

Cuando hubo llegado alguien más nos fuimos a casa de Jaana (es muy interesante recordar cuando conoces por primera vez a la gente que luego conocerás bastante bien) y me presentaron a las chicas finlandesas que había por allí. No recuerdo que me presentasen a Tiina o Terhi, pero estoy casi completamente seguro de que las conocí a las tres esa noche también.

Ocupamos el piso entero y nos sentamos donde pudimos. Bebimos, bebimos y bebimos; y cuanto más borrachos íbamos más nos deshinibíamos y por tanto más nos soltábamos con el inglés. No recuerdo qué dije ni a quién se lo dije, pero sé que estuvo muy bien.

Erasmus
Lucash, Maciek, Florian, Miguel, Michel y yo. ¡Qué tiempos!

Erasmus people
Raquel quiere que os diga que los españoles estuvimos hablando sobre la chica de rosa (Anetka!) en español y mirándola mucho. Tanto que su novio (Adam!) se cabreó un poco

Esther, Michel y Patricia
Esther, Michel y Patricia

Después de la fiesta (un poco pronto para mis gustos, pero es horario finlandés de fiestas: antes de que los vecinos tengan derecho, y lo harán, de llamar a la policía) a gente se fue al Kimmel. Desgraciadamente sólo se podía pasar con entrada y esa había que comprarla de antemano. Yo que no lo sabía esperé un rato en la cola a que dejasen pasar a la gente sin entrada y tras un rato me aburrí y me fui a casa; aunque estos se quedaron y se lo pasaron genial. Alguno tanto que incluso le pegaron los porteros y se lo llevó la policía a dormir en el calabozo. Pero es que si le conociérais diríais que… normal.

Raquel y Marta
Mis dos señoritas, pasándoselo bien en el Kimmel

Al día siguiente ya sentía que estaba dentro de todo el rollo Erasmus.

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