Resumen de mis primeros días en Finlandia (7)

Hoy se cumple un año desde que cogí el avión a las 6 de la mañana para ir a Finlandia. Y no sólo yo: Michel se fue para allá el mismo día que yo.

Recuerdo que sólo dormí dos horas ese día, en parte porque la maleta pesaba mucho y tenía que ingeniármelas en ponerle menos peso y ya era tarde, en parte porque estaba nervioso y por otro lado en que tenía que levantarme muy pronto para ir a la cola del aeropuerto.

Todas estas peripecias las conté en unos post llamados «Resumen» cuyos links por si alguien le interesa están después de este post en la parte de «otros post de esta serie».

Me quedaba diciendo que me tocaba ir a casa de Vibhor en Noljakka, un indú que estaba haciendo su doctorado en Finlandia. Él era un tipo muy conocido y único: muy majo, con muchas ganas de fiesta, bajito y del tipo de piel que tienen los hindúes: morena.

Casa de Noljakka
Una casa de Noljakka

Con el mapa en la mano me volvió a tocar ir a su casa andando, y como ya había dicho aunque Joensuu tiene pocos habitantes la ciudad es grande por tener sobre todo casas bajas y casas tipo chalet sin estar adosadas en el extraradio. Media hora tardaría en encontrar su casa pero cuando me recibió lo hico muy amablemente: me dejó ver el correo, me invitó a un café (español, algo que allí realmente se cotiza alto) y me llevó a ver a Blas, un español haciendo el doctorado en Joensuu en Forestales, donde cogí un survival package (más adelante descubriría que me había equivocado y tuve que volver alguna que otra vez) y la bicicleta no pude porque estaba con ambas ruedas pinchadas, teniéndo que dejar para otro día lo de la bicicleta.

Cogí desde allí el bus y mientras esperaba estuve hablando con Vibhor sobre los toros y la cultura española en general, aunque no había mucho que enseñarle. Ver a un hindú diciendo cosas como «tia buena» o «rubia de bote…» es señal de que él ya se las sabía todas.

Llegué a casa y volví a ver a Dominik y Wojket (pronunciado Voitek). Mientras cenábamos todos juntos hablamos de España, Polonia, sus estudios y los míos. Dominik y Wojtek eran informáticos como yo, con lo que ya suponía que me los iba a encontrar en clase y no me parecía tan mal: cuando uno llega al Erasmus es amigo de todo el mundo. Después de mucho hablar nos fuimos a la cama y quedamos para por la mañana: era el primer día del programa de orientación para estudiantes extranjeros. Antes de ir a la cama confundí las cortinas por las mantas y puse las sábanas para poder dormir y encima las cortinas para no pasar mucho frío. Esas cortinas fueron mantas durante todo el año y más tarde conseguí otras cortinas.

El día siguiente, aún sin bicis y sabiendo que con 2,50 (a día de hoy es incluso más caro) el trayecto en bus

Camino entre Latolankatu y la universidad
Camino entre Latolankatu y la universidad

En el camino
Otra de lo mismo

Mientras caminábamos hacia la universidad me familiaricé con alquello de la mala educación en el guetto: hablar algunas cosas en el idioma propio sin que otros te entiendan. De todas maneras alternamos el inglés (del que ya empezaba a estar un poco harto: no había hablado español en un par de días) y ellos el polaco.

Al llegar a la Universidad, buscamos el edificio en el que se daba la charla y entramos media hora tarde…

Supongo que retomaré los posts de Resumen ahora que se ha cumplido un año, e intentaré hacerlos con más fotos que en la época (¡no había quien se los leyera!). Y el siguiente será el día en el que conocí a mucha gente de las que luego (¡y ahora!) son mis amigos incluyendo a Marta, Raquel y Michel. A Miguel le conocí otro día en el que también pasaron muchas cosas. Pero todo eso será más adelante.

¡Feliz aniversario a los que cumplimos un año desde que empezó nuestro Erasmus en Joensuu!

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