Cómo NO escribir un blog sobre viajes: los clichés

Yo llevo nueve años con este, vuestro blog, y seguramente he cometido todos los errores posibles al escribir.

Quiero pensar que he aprendido y que vamos siempre mejorando ya que si no, no habría motivo para continuar escribiendo. Dejando de lado el quítame allá ese acento – o pónmelo – en lo que me gusta centrarme es en no escribir clichés.

¿Por ejemplo? Que no todos los centros sean «pleno centro» (mejor aún: que ninguno lo sea). En este post he recopilado unas cuantas cosas que intento no escribir en el blog.

Y no solo los que intento no escribir en el blog, sino lo que hacen que no clique en enlaces que veo: ya que hay tanta información disponible, el tener un buen filtro personal para no perder el tiempo es esencial.

Y como no me gusta verlo, no me gusta escribirlo. Quizá algo se me ha colado desde 2005, año en el que empezó Big in Finland, pero serán las menos.

Terribles clichés en blogs de viajes o sobre otros países

Hasta ahora volcaba mi frustración con esto en mi twitter, pero qué demonios: hagamos un post (¿Nos añadimos en Twitter?).

Empecemos:

1.- No te lo pierdas / no te lo puedes perder

No hay un post que haya leído que contenga el «no te lo pierdas» o que «no me lo puedo perder» que al acabar de leerlo no haya dicho «pues me lo podía haber perdido y no habría pasado nada».

Esto se lee mucho en Facebook o Twitter, en plan «¡Lee este post! ¡Por favor! ¡Leedme! ¡Tengo mujer e hijos!» para promocionar el enlace (y fielmente representado en la foto de arriba: me dicen que no me pierda la blackberry: sé que si me la pierdo no va a pasar nada. De hecho es mejor perdérsela.)

También se escribe en titulares de posts o dentro del contenido, con igual pésimo resultado. Un ejemplo reciente que he visto era sobre unos locales en una ciudad que no podía perderme, según el autor, pero que estaba claro que el que escribió ese post nunca había visitado dichos locales: ¿cómo sabe que «no puedo» perdérmelos entonces? Tampoco apeló a una autoridad externa en la materia. Era, simplemente, un grito de socorro o para dar al post un aire de autoridad que no tenía.

Pero un grito de socorro que muchos usan a diario. Los primos de estas expresiones («No dejes de» o «no puedes dejar de»), son igualmente deleznables.

2.- Pleno centro (o «en pleno corazón de»)

Si lees algo sobre el centro, es muy probable que la palabra «pleno» esté por ahí. Hay muchas veces que se añden adjetivos o complementos a un nombre sin pensar, porque ha sido así toda la vida y le gustó al que lo escribía. El añadir el «pleno» es añadir algo vacío al texto y el que lo escribe lo sabe. Y si no lo sabe debería dejar de escribir.

Cuidado también con el sobreuso de adjetivos al lado de los nombres. Si hay un «claro» al lado de cielo, si hay un «imponente» al lado del monumento, si hay un «desenfadado» al lado de la moda… son clichés que degradan el texto.

Centro de Helsinki
Esto está en «pleno centro» (ejem) de Helsinki.

3.- Descubrir

«Descubrir» usado como sinónimo de «lee esto». Uno descubre cosas o bien por casualidad o como el resultado del trabajo de una serie de pasos en una investigación y conclusiones. El «descubre» mal usado de los blogs de viajes – sobre todo en su promoción en Twitter o en Facebook, en plan «descubre de lo que hablamos hoy» pero que en realidad quiere decir «lee esto medianamente interesante, anda» – es un cliché a desterrar.

4.- Experiencia

¿Cuándo empezó todo a ser una «experiencia»? Si hago algo en mi ciudad, con mis amigos o familia, es «hacer cosas», pero cuando uno sale fuera ¿de repente hace «experiencias»? Experiencia viene de algo que se revela a través de hacer una determinada cosa, y por tanto se obtiene el conocimiento de cómo es (o sea, que lejanamente viene de «experimentar»). En otras palabras: algo que se ha aprendido empíricamente, a base de hacerlo. Cuando en vez de ir a hacer algo vas a «la experiencia X»… mal, mal. Desconfía de todo lo que se venda, o todo lo que te vendan, como «la experiencia X».

5.- «Escaparse» (y derivados: escápate, escapadita, una escapada)

¿Por qué intentan hacer ver que tengo que escaparme de algún sitio o de algo? ¿Comprar un viaje a precio desorbitado – y que curiosamente me estás vendiendo – va a resolver el problema? No, y la mera sugerencia ofende. No necesito escapar. Necesito – en realidad quiero o me apetece – ver algunas otras cosas y hacer algunas otras cosas. En otros sitios. El sugerir que la vida de tus lectores o clientes da asco y necesitan «una escapadita» es insultate. Y aún queriendo decir con esa expresión lo de «ir y volver rápido a alguna parte» tampoco funciona.

En resumen: simplemente di NO

Hay pecados menores como «degustar», que parece que uno se pase el día degustando cosas en vez de ir a comer y probando diferentes comidas. Si un texto necesita una evocación así, es que es formulaico y no vale la pena leerlo.

Platos finlandeses
Ale, a «degustar», a «degustar» (ejem). Fuente (CC: by)

En general hay mucho síndrome de haber leído demasiados folletos, demasiadas guías desfasadas. Incluso las guías de hoy en día – que vivían de eso – intentan alejarse de ser tan formulaicas y dar más valor. Mi consejo es no perder el tiempo leyendo clichés que no dicen nada, y para ello no hay nada mejor que buscar las expresiones que pongo en este post.

Porque los matices del lenguaje están para respetarlos, y los clichés para evitarlos.

Bonus

Estos siete tipos de titulares para ganar clicks pero vender tu alma, algunos también aplicados a los blogs sobre viajes u otros países.

¿Por ejemplo? «Al principio no me gustó Helsinki. Pero lo que descubrí en un pequeño parque me dejó con la boca abierta y enamorado para siempre de la ciudad».

Titulares que no dicen nada pero intentan picar tu curiosidad. Normalmente los artículos que hay detrás de esos titulares son una pérdida de tiempo, y si no lo son, no deberían rebajarse.

¿Cuáles son los clichés y manías que más odias al leer lo que otros han escrito? Tanto en blogs de viajes o que hablan de otro país como en general.

Seguiré recopilando clichés – ya más generales – en una segunda parte. Como el abuso importado que se está haciendo últimamente de la palabra «literalmente«.

Ese post que estoy preparando te abrirá literalmente los ojos (excepto que no, un post no tiene la capacidad física de llegar hasta tus párpados y abrirlos por la fuerza: es en sentido figurado y por tanto «literalmente» no tiene nada que hacer en esa frase).